El menú le ha encantado a la gente: «Casa por menos de 200 euros a cambio de resucitar el bar y restaurante 'La Traviesa' de Lagrán». Hace cuatro días que EL CORREO se hizo eco del seductor anuncio que el Ayuntamiento de este pequeño ... municipio de la Montaña Alavesa lanzó para tratar de reflotar un negocio hostelero sin actividad desde hace ocho meses. Tras varios intentos sin éxito, ahora han puesto toda la carne en el asador con este «ofertón». Y la respuesta ha desbordado todas las expectativas, con cientos de interesados en regentarlo. «Las líneas están saturadas. Las llamadas entran una detrás de otra. No damos abasto», confiesa el alcalde, José María Martínez, mientras de fondo suena el teléfono. Lagrán se ha convertido en todo un atractivo y en una oportunidad de negocio.
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La habitual tranquilidad de este pequeño municipio de apenas 180 habitantes choca con el trajín que registra ahora, adonde llegan interesados desde San Sebastián o Valladolid. Tal es así que es necesario reservar hora para visitar el negocio y la vivienda. Martínez consulta su agenda repleta de personas, al más puro estilo de un agente inmobiliario. «Tengo citas más o menos cada hora, para que dé tiempo a enseñar todos los rincones del negocio y el hogar en el que vivirán», comenta el regidor, quien decidió que el Ayuntamiento adquiriese en propiedad la antigua casa del guarda. «Lo hice con la intención de crear este 'pack' que ha resultado ser una bomba. Por 4.000 euros al año -durante cuatro ejercicios- tienes una casa y un negocio. Además, nosotros asumimos el 50% de la luz del bar».
El tiempo le ha terminado dando la razón. Aunque hay quienes tratan de regatear o negociar las condiciones. «Me han llamado pidiéndome solo la casa. Y otros por Whatsapp me han hecho una contraoferta por un precio aún más bajo». Pero Martínez les cierra la puerta y se ciñe al anuncio que tanto interés ha despertado. Es más, dado el aluvión, el Ayuntamiento se ha planteado la posibilidad de ampliar los plazos -terminan el 9 de este mes- para presentarse. «Esta vez sí vamos a poder reabrir el bar que dará vida al pueblo. Quiero que sea en junio», se felicitó, mientras saludaba a los siguientes interesados.
Jose María Martínez
Alcalde de Lagrán
Los interesados
«Es impresionante, impresionante...», se asombraron Lola Lorente y Paco Bueno tras conocer las tripas de 'La Traviesa' -por cierto, el nombre no se toca-. «Ni por asomo nos lo imaginábamos así, creíamos que sería algo parecido a un bar de pueblo. Tiene mucho tomate». Porque además, al lado se encuentra el centro de interpretación de la Ruta del Vino y el Pescado, y «eso siempre atrae a turistas». La primera estancia que visitaron fue la planta baja, donde hay un enorme comedor con quince mesas y un ventanal con vistas a la montaña. «Aquí se puede dar de comer a unas sesenta personas, más otras veinte o veinticinco que caben arriba», apuntaba Martínez. «¿Arriba hay más? Esto es cojonudo, de no pensártelo», respondió esta pareja que reside en Ventas de Armentia y con experiencia en el sector hostelero. «El restaurante es una joya, está equipado al completo -incluso los manteles ya están preparados- para que se pueda empezar a dar servicio mañana mismo si hace falta», les explicaba el alcalde, mostrando las dos cocinas, propias de los mejores restaurantes.
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«Y arriba está la barra del bar. A los antiguos dueños, que tuvieron que regresar a Navarra, les funcionaba muy bien. Los pintxos volaban en media hora», rememoró. Martínez ya dejó caer cuáles son las horas «sagradas» para los vecinos. «De 13.00 a 15.00 horas se realiza la primera ronda de poteo, entre este bar y el otro del pueblo. La segunda ronda es de 20.00 a 22.00». Ramón y Leonardo, dos vecinos ya jubilados de Lagrán, lo corroboraban. «Es nuestro punto de encuentro, si está cerrado nos aburrimos». Ahora bien, el Ayuntamiento tiene claro que no entregará las llaves a cualquiera. En el casting valoran, entre otros aspectos, que haya un menú de fin de semana y platos combinados y tapas para el día a día. Pero, sobre todo, «que haya ganas de trabajar», exige Martínez.
Esa dedicación que requiere un bar no es problema para Mirtha Caballero y Txeli Holgado. «Hemos tenido bares en Judimendi y Salburua. Y esta oportunidad es un desafío que nos gusta», comentaba esta pareja, que trabajaría con los hijos. Para ellos, lo de mudarse desde Vitoria no es ningún inconveniente. «El pueblo nos ha gustado mucho y la casa además es muy bonita, podemos ir a trabajar andando», argumentaban, mientras recorrían los tres dormitorios de una vivienda que presume de tener un pequeño jardín en la puerta. En la planta de abajo hay un «amplio garaje como para tres coches», les indicaba el alcalde, quien regresaba de vuelta al Ayuntamiento para atender a los siguientes. 'La Traviesa' calienta los fogones para retomar el servicio.
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