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La muralla que la iglesia trató de levantar para protegerse a sí misma ante el escándalo protagonizado por el padre Fran, el cura acusado de violar a mujeres inconsciente a las que presuntamente droga, se ha ido desmoronando poco a poco desde que la noticia ... saliera a la luz pública.
Al principio, distintas voces de la Diócesis malagueña trataron de hacer ver a los medios -y con ello, a la opinión pública- que el traslado del cura se había producido por enfermedad y no por el romance que mantenía con una feligresa y alegaron que no tenían constancia de los gravísimos hechos que ahora se investigan.
El caso está lleno de matices y, por tanto, sujeto a interpretaciones. Aunque las actividades supuestamente delictivas del padre Fran cogieron por sorpresa a buena parte del entorno eclesiástico, la Iglesia recibió hasta cuatro avisos -con mayor o menor profusión de detalles- en ese sentido antes de que la policía lo investigara.
Pese a ello, el Obispado de Málaga puso al padre Fran al frente de las parroquias de Yunquera y El Burgo en abril -cuando la joven ya había contado en Melilla que había encontrado los vídeos- y lo mantuvo allí hasta el mismo día de su detención, el pasado 11 de septiembre.
El primero de esos avisos se produjo la mañana del 6 de enero, Día de Reyes, justo después de que un sacerdote de la Iglesia de Santa María Micaela, en Melilla, oficiara la misa de la mañana. La entonces novia del padre Fran le contó que mantenía una relación con el cura malagueño y que, lo que era mucho más grave, había encontrado unos vídeos donde, al parecer, abusaba de mujeres inconscientes.
La joven formuló esa acusación de forma verbal, ya que no aportó pruebas ni mostró los archivos que sí entregaría, en agosto, a los investigadores de la Policía Nacional que acabarían arrestando al sacerdote. El padre Fran negó la acusación y alegó que sólo tenía unos vídeos de una despedida de soltero, pero nada ilegal.
El vicario de Melilla animó a la joven a que, si como decía había encontrado algo delictivo en el padre Fran, lo denunciara en comisaría. No obstante, dio traslado de lo sucedido al obispo de Málaga, Jesús Catalá, que reaccionó apartando al sacerdote de la ciudad autónoma de Melilla para poner tierra de por medio en su relación con la feligresa.
La chica volvió a insistir en esa misma versión en mayo, cuando al parecer se cortó definitivamente la comunicación con el padre Fran. Se lo contó, de nuevo, a los sacerdotes de Melilla, e incluso envió un correo electrónico al Obispado a finales de ese mes. En el e-mail, solicitaba una cita con el obispo de Málaga, Jesús Catalá, para contarle «un delito» cometido por el padre Fran «que no tiene que ver con la relación».
A este email respondió el Obispado indicándole que, para concederle una cita, antes debía detallar, por escrito, de qué acusaba al cura malagueño. Ella contestó a ese correo a finales de junio insistiendo en tener una cita con Catalá.
Mientras esto sucedía, el Obispado había mantenido al padre Fran en una especie de periodo de reflexión para que se aclarara sobre si quería continuar en el ejercicio del sacerdocio o prefería dejar la vida religiosa.
Sin embargo, en abril, coincidiendo con la pasada Semana Santa, el obispo mantuvo una nueva conversación con el padre Fran, quien -según las fuentes consultadas- le manifestó su deseo de seguir siendo sacerdote. Fue entonces cuando Catalá lo envió a Yunquera y El Burgo.
Fuentes del entorno eclesiástico, tratando de buscar una explicación a esta decisión, apuntaron que el obispo recibe no pocas informaciones -«la mayoría infundadas»- de este tipo y que, para investigarlas y darles el trámite correcto, suele pedir que acrediten o detallen por escrito sus acusaciones y las pruebas que pueden aportar. Argumentaron que, como la chica no lo hizo, probablemente no se le dio la debida importancia al caso.
Otras fuentes del mismo ámbito religioso manifestaron: «No éramos conscientes de que hubiera actuaciones delictivas graves. Somos los primeros que nos sentimos engañados por él y sorprendidos por la gravedad de los delitos, porque no se le habría enviado a Yunquera y El Burgo».
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