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El deporte también se verá afectado por el endurecimiento de las medidas para luchar contra la pandemia que entrarán en vigor mañana. Y lo hace en una doble vertiente, tanto desde el punto de vista de la actividad como del espectador.
Por un lado, ... las nuevas restricciones que anunció ayer el lehendakari devolverán la imagen de las gradas vacías a los estadios, frontones y polideportivos vascos donde todavía se podía acudir -de forma muy limitada- a presenciar un encuentro. Hay que recordar que los clubes de fútbol vascos de Segunda B y Tercera que se encuentran en competición podían contar con aficionados en sus gradas, y también sucedía lo mismo en el caso del Lointek Gernika de baloncesto femenino. Incluso el RETAbet Bilbao Basket contó con 400 seguidores en Miribilla para el duelo europeo que disputó la semana pasada contra el Karsiyaka turco.
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En cuanto a la pelota, los frontones cerrarán sus puertas a los 'pelotazales', toda una novedad puesto que prácticamente desde su regreso a la actividad permitieron el acceso al público y ofrecieron imágenes tan controvertidas en verano como las gradas llenas del Madalensoro de Oiartzun, lo que llevó al Gobierno vasco a endurecer el control en los partidos de pelota.
Todo eso es pasado. De momento, podrán seguir compitiendo, pero a puerta cerrada, como sucede en las categorías profesionales del fútbol y en la ACB. «Queda prohibida la asistencia a eventos deportivos», afirmó tajante ayer por la tarde Urkullu durante la comparecencia pública en la que anunció las nuevas restricciones. Una medida que hace muchísimo daño a las empresas de pelota porque precisamente este fin de semana se da luz verde al Manomanista, el gran torneo que más interés suscita entre los aficionados. Lo mismo sucede con los clubes de Segunda B y Tercera, que ya habían visto suspendida la competición de sus categorías inferiores y ahora se verán privados de la venta de entradas.
En cuanto a la actividad, el decreto establece que se podrán seguir desarrollando las competiciones profesionales o semiprofesionales, «pero se suspende cualquier tipo de actividad deportiva en grupo». Esto abarca desde salidas al monte, ciclistas o entrenamientos de atletismo de amateurs hasta el deporte escolar, cuyas competiciones estaban canceladas desde el inicio, pero los entrenamientos para los más pequeños podían realizarse. Primero en grupos de quince, y desde el endurecimiento de las restricciones, en grupos de seis. Ahora, la suspensión de cualquier tipo de actividad no profesional implica una cancelación de entrenamientos hasta nueva orden.
Los gimnasios, al igual que los clubes deportivos y polideportivos municipales, podrán seguir abiertos para realizar cursos o actividades programadas, siempre que se hagan con mascarilla en todo momento, en grupos máximos de seis personas -sin contacto alguno- y un aforo no superior al 40%. Las piscinas funcionarán en las mismas condiciones que hasta ahora, con control del número de usuarios. Aunque el uso de vestuarios está permitido respetando las distancias y con mascarillas, la comisión técnica del LABI ha recomendado que no se recurra a ellos. Frente a la postura adoptada en Euskadi, otras comunidades, como Cataluña y Asturias, sí que han decretado el cierre de los gimnasios para tratar de parar al virus.
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