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j. f.
Jueves, 13 de octubre 2022
Paula cumplirá el viernes diez años, pero desde que nació ha tenido que luchar mucho. Durante el parto, sufrió graves lesiones que le han dejado una discapacidad severa. Esta semana, una sentencia ha reconocido la negligencia y su familia ha sido indemnizada con 5,2 ... millones de euros por mala praxis. Ahora es su madre, Ascensión, quien ha decidido contar toda la historia de manera pública.
No hay perdón para los facultativos que la atendieron en el hospital de Valdepeñas, asegura. Su actuación dejó a la pequeña incapacitada y ha «destrozado la vida a una familia», asegura. La niña «nació con daño cerebral debido a que no le colocaron bien las cinchas y le faltó el oxígeno en el parto», tal y como confirma la sentencia.
Desde entonces, Ascensión y su madre, de 70 años, se turnan para cuidar de la cría. Desde las cuatro de la mañana, cuando se levantan para quitarle la mucosidad. Luego, toca el desayuno por sonda, la medicación, el aseo... Una rutina difícil y laboriosa que no puede hacer cualquiera. Durante esta década, asegura que lo que la sorprende es que nadie, ni el médico ni la matrona que la asistieron le han pedido disculpas.
«Me hubiese gustado que alguien me dijera que fue una negligencia. Pero yo no sé si podría perdonarles. Una cosa es que hubiera pasado sin que lo supieran, pero lo sabían. Me dijeron que tenía el cordón al cuello y pregunté que si me harían cesárea, y me dijeron que no me preocupara. Eso no puedo perdonarlo», ha reiterado Ascensión en una rueda de prensa ante los medios.
La madre de la paciente ha aprovechado su intervención para reclamar más apoyo a las familias en casos en los que tienen que cuidar a personas dependientes, ya que a lo largo de toda la vida de su hija se ha sentido abandonada. Así, ha lamentado las dificultades para dar con la administración competente ante cada uno de los problemas que iba afrontando en su día a día. «Quiero pedir al Gobierno, al presidente, a quien sea, que tengan a los niños más en cuenta, que vele por ellos», ha reclamado.
También ha reconocido que el «miedo» ha estado siempre presente durante la vida de la pequeña Paula. Miedo a que le ocurra algo, a que no estén allí para atenderla, a su discapacidad... «Y, cada vez, cuesta un poco más atenderla», admite. Con la edad incluso se le están luxando las caderas, la espalda se resiente más y hay que estar con cuidado permanente para cambiarla de posición.
Para una correcta atención, la familia ha tenido que asumir gastos de adaptación de la vivienda, además de que llevan «mucho tiempo» pagando fisioterapia, todo ello con un salario familiar de 1.200 euros que «no llegaba». La indemnización, la mayor de la historia en España por un caso así, viene a paliar estos gastos. Aunque la familia preferíría otra cosa. «Yo no quiero dinero, quiero una hija sana», clama Ascensión, que tiene otros dos hijos pequeños a los que «se les ha hurtado» la infancia. Por desgracia, su deseo no puede cumplirse.
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