144 niños saharauis pasarán dos meses con familias vascas. Ignacio pérez

Los niños saharauis regresan a Euskadi

Más de 140 menores residentes en los campamentos de Tinduf pasarán este verano en el País Vasco al recuperarse el programa de acogida paralizado por el virus

Domingo, 24 de abril 2022, 00:48

El conflicto de Ucrania está dejando en la sombra otras guerras y a sus desplazados. Por ejemplo, a los más de 170.000 refugiados en ... macroasentamientos en el inhóspito desierto cerca de Tinduf, en Argelia, desde hace más de 40 años. Se trata de una de las regiones más áridas del mundo, en la que tres de cada diez menores sufren déficit de crecimiento como consecuencia del clima extremo y de la desnutrición. Así que Vacaciones en Paz, el programa de acogida de niños saharauis en el que el País Vasco participa desde hace más de tres décadas, regresará este verano tras dos años de interrupción por la pandemia y 144 pequeños pasarán dos meses con familias vascas. Más de la mitad de ellos en Bizkaia.

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El proyecto siempre ha sido uno de los principales programas de solidaridad con el Sahara. Y es que hasta el parón que impuso la pandemia, unos 350 pequeños de 10 años y algo más viajaban cada año a casa de familias locales para alimentarse bien, someterse a controles médicos y escapar de las asfixiantes temperaturas de 55 grados que soportan. Cientos de vascos han conocido la realidad de los campamentos para visitar a sus «hijos» de acogida. El coronavirus ha agravado la emergencia humanitaria que padecen: hay aún más estrecheces porque en dos años apenas ha llegado ayuda humanitaria a la zona y muchos de los pequeños han perdido a familiares directos en la guerra.

«Hay situaciones mucho más críticas, porque durante la pandemia no se ha podido evacuar a niños en situaciones médicas muy graves», explica Mikel del Arco, de la asociación Río de Oro de Durango, padre de acogida de un menor saharaui con diversidad funcional y uno de los nuevos coordinadores del programa en Euskadi.

Nacidos en 2014

Para cuidar de aquellos que más ayuda necesitan, las condiciones del programa han cambiado y la organización ha decidido que viajen a España niños nacidos en 2014. Aquellos que no han podido venir durante la pandemia no podrán regresar por esta vía, un varapalo para sus familiares de acogida. Por ello las asociaciones han tenido que empezar desde cero, buscando nuevas familias dispuestas a cuidar de chavales a los que aún no conocen.

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Las condiciones eran disponer de espacio para el alojamiento, además de tiempo y ganas. No ha sido una tarea fácil, pero «estamos muy satisfechos con el resultado», asegura Del Arco. Los críos llegarán al aeropuerto de Bilbao a finales de junio y permanecerán en Euskadi hasta finales de agosto. Al menos una veintena se alojarán en un albergue en Axpe y otra decena en otro de Izurtza, que acogerá a chavales con distintos problemas de salud atendidos por dos monitoras saharauis, aunque cerca de 100 voluntarios de Río de Oro colaborarán.

En general, las familias solo asumen la manutención, ya que cada ayuntamiento suele sufragar el viaje. Estíbaliz Gómez, de 46 años y vecina de Durango, es una de las personas que acogera a un niño por primera vez. Se apuntó al programa hace dos años, antes de que fuera cancelado por la crisis sanitaria. «Me gustan mucho los niños y ésta es una manera de poder ayudar y una experiencia que puede ser muy bonita», augura. Mientras esté trabajando, su pareja y su madre la ayudarán. «Como no tiene nietos, también está deseando su llegada», expresa.

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los datos

  • Los campamentos. Más de 170.000 personas residen en los asentamientos de Tinduf.

  • Vacaciones en Paz. 350 menores acudían a Euskadi cada año. Este año serán 144.

Siguen los traslados para traer a ucranianos con vínculos en Euskadi

Las agrupaciones vascas de acogida de niños afectados por el accidente nuclear de Chernóbyl siguen trabajando por acercar a Euskadi a los participantes en el programa. Muchos de los ucranianos vinculados a Chernobil Elkartea, surgida en 1996, y a otras tres entidades relacionadas han llegado ya a nuestra comunidad, donde hay unos 2.000 refugiados procedentes del país eslavo. De momento siguen los esfuerzos de estas asociaciones, que se coordinan con Galdakaoko Boluntarioen Gizarte Elkartea, para acercarles organizando traslados desde Polonia.

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