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Las neumonías asociadas a la ventilación mecánica de los pacientes que están en unidades de cuidados intensivos (UCI) suelen ser bastante habituales. Por ello, reducir el número de casos es un reto para los servicios sanitarios. En el caso de Osakidetza, el programa conocido como ‘Estrategia de seguridad del paciente’ puesto en marcha en 2013 tiene, entre sus diferentes líneas de actuación, este objetivo. Pues bien, en cuatro años, este tipo de infección se ha reducido un 75%, aseguró ayer el consejero Jon Darpón, durante la presentación de la segunda fase del citado programa, un acto en el que también participaron el director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, Andoni Arcelai, y el coordinador de Programas de Salud Pública y Seguridad, Enrique Peiró.
La estrategia ‘Neumonía Zero’ ha posibilitado bajar de casi doce a tres por cada 1.000 días de ventilación mecánica las infecciones en el aparato respiratorio en enfermos intubados. Según explicó Peiró, para conseguirlo los profesionales sanitarios llevan a cabo diferentes medidas, como una higiene extrema de las manos y el uso de mascarillas o la posición del paciente, procurando que esté semiincorporado. Asimismo, se recomiendan enguajes bucales con clorhexidina.
Las infecciones asociadas a catéteres vasculares y sondas también se relacionan con un incremento de la mortalidad, de las complicaciones y del tiempo de estancia hospitalaria. Por ello, el plan ‘Bacterimia zero’ que lleva años aplicándose en el conjunto de la Sanidad española ha permitido, en el caso de Euskadi, reducir el problema a la mitad. Según los últimos datos, ahora se registran 1,5 incidente de este tipo por cada 1.000 días de cataterismo, cuando hace una década eran tres.
Para minorar los efectos adversos de una hospitalización, el Servicio Vasco de Salud ha diseñado nuevas medidas. Entre las más novedosas, figura la puesta en marcha de protocolos específicos para prevenir la desnutrición de personas hospitalizadas, un riesgo que suelen sufrir algunos pacientes en centros de media y larga estancia por diferentes factores, que van desde la edad a determinadas patologías.
En este sentido, Enrique Peiró explicó que el objetivo es extender un plan piloto del hospital de Górliz. «Cuando un paciente no se alimenta correctamente, se trata no de recoger la comida sobrante, sino de darle la dieta que mejor le vaya y que además no rechace porque una correcta alimentación es muy importante. Para ello, médico, dietista y personal de enfermería trabajan conjuntamente».
La segunda fase de la ‘Estrategia de seguridad del paciente’ también se propone trabajar en la prevención de la incontinencia urinaria de pacientes ingresados debido a un uso incorrecto de absorbentes durante su hospitalización. «Se trata de saber de antemano si precisan o no de pañales para, en caso negativo, facilitarle ayuda para que mantenga esta capacidad cuando sea dado de alta», detalló Peiró.
4.361 eventos adversos registró Osakidetza el año pasado, frente a los 1.604 de 2013. El hecho de que sean casi tres veces más no significa que hayan aumentado, sino que se han notificado más. Esto en sí mismo constituye una mejora porque permite tomar medidas para incrementar la seguridad.
Pulsera con código La implantación de la pulsera con código de barras al 10o% de los pacientes que son atendidos en urgencias o ingresan en un hospital es una medida fundamental porque ha garantizado la identificación inequívoca.
Dosis de radiación Osakidetza se ha adelanto a la legislación europea que obliga a incluir en la historia clínica de cada paciente el acumulado de las dosis de radiación que va recibiendo a lo largo de su vida.
Seguridad quirúrgica En el 66% de las intervenciones que se hacen en Osakidetza se aplica ya una herramienta, denominada ‘Listado de verificación de seguridad quirúrgica’ antes de empezar la operación, durante y después.
Otra línea de trabajo esta relacionada con los antibióticos. En este campo, se plantea prescribir los estrictamente necesarios y los más adecuados en cada caso a fin de prevenir la resistencia a estos tratamientos que provoca un uso indebido de estos medicamentos.
Para avanzar en la seguridad del paciente es necesario ofrecer formación a la plantilla. En este sentido, el consejero de Salud indicó que cerca de la mitad del personal de Osakidetza ha seguido una enseñanza básica on line. Ahora se van ofertar «cursos específicos de cada proyecto», resaltó el consejero.
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