Emilio Rodríguez participó en su día en la detención del 'capo di capi' gallego, Sito Miñanco, pero cree que con esta última operación -que ha permitido incautar dos toneladas y media de cocaína y arretar al jefe de los Charlines, Manuel Charlín, y a otras 27 personas, entre ellas su hijo mayor-, «hemos conseguido cerrar el círculo, relacionar a la parte sudamericana con la española y coger el barco con la droga». Ha dirigido la comisaría de Vilagarcía de Arosa y ahora está al mando de los Grupos de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO), que depende de la Brigada Central de Estupefacientes.
- ¿Dónde iba destinada la cocaína?
- Lo único que sabemos es que estaba todo dispuesto para hacerla llegar a Galicia y a otras partes de España y Europa. Tenían contratada una furgoneta enorme para dar salida a esos 2.500 kilos, a una parte por lo menos.
- Manuel Charlín, de 85 años, quedó en libertad con cargos. ¿Está implicado el conocido por otros traficantes como 'el Viejo' o no sabía nada como él alega?
- No, no, no, está totalmente implicado. Aquí, en Galicia, la operación, pasa por distintas fases, se inicia en febrero de 2017. (La Ertzaintza seguía la pista al 'Titán III' en Ondarroa desde 2016). Es una gran organización que toca distintos contactos, algunos de los que Manuel Charlín tiene en Portugal. Esa vía, aunque la trabajan no la llegan a ejecutar directamente. El grupo utiliza otra infraestructura, la del barco 'Titán III'. Pero él forma parte de la organización criminal, que desde hace tiempo es un delito independiente y puede ser condenado por ello.
- ¿Y quién dirigía la organización, entonces?
- Estamos hablando fundamentalmente de un grupo de narcotransportistas, gente que se dedica a introducir la droga y ponerla a buen recaudo hasta que el propietario exija su puesta a su disposición. Tenían contactos en Marbella con Paul Wouter, de origen holandés, pero nacido en el Caribe, en una de las grandes vías de salida de la droga de Sudamérica. Wouter contacta con el director del conglomerado en Galicia, Mario Otero (el hostelero de Boiro), que es el que va viajando para hablar con unos y con otros. Tienen un barco y se lo ofrecen al mejor postor, a un cliente, en este caso, la organización de Paul Wouter.
- ¿Qué papel juega el capitán-armador, está a sueldo o forma parte de la organización?
- Pedro Rodríguez, armador y capital del 'Titán III' (que se lo compra a un vecino de Zumaia y lo cambia de nombre), ofrece el barco, a través de dos gallegos, a esta organización y cobra un porcentaje del transporte, él habla del 10% del total. Sale muy barato, porque es el que asume el riesgo más importante. Si te pillan con la droga encima, aunque no haya una investigación, te detienen.
- ¿Qué beneficio les habría reportado si la cocaína llega a la calle?
- Unos 65 millones de euros, por lo que él se habría quedado con seis millones. Luego hay otros intermediarios que también se llevan su parte.
- Dicen que de no haber sido abordado, el remolcador se habría hundido porque iba demasiado cargado.
- Hundido no creo, pero estaba a la deriva por una avería y le habrían tenido que ir a rescatar seguro. Le había fallado la bomba que les indicaba el combustible y no lo habían trasvasado de otro de los depósitos, por lo que la bomba había absorbido las impurezas y se había bloqueado. También iban escasos de comida. Los otros tres tripulantes (un marinero español y dos senegaleses) dicen que iban a cobrar una miseria, 1.000 euros. El mantenimiento del barco era malo, estaba en mal estado. Pedro dice que el dinero que iba a ganar tenía pensado dedicarlo a poner en marcha el remolcador.
- ¿Lleva usted años investigando el narcotráfico en Galicia?
- Empecé en el 2001 en Madrid, en la Brigada Central de Estupefacientes decomisando alijos de heroína, hachís y cocaína, y en 2006 nos llamaron y desde entonces estoy aquí.
«Son siempre los mismos»
- ¿Siguen los narcos gallegos de los 80 dominando el negocio de la droga?
- Al final son siempre los mismos, como Jacinto Santos. Los que hemos detenido en 2006, 2007 y 2009 saldrán a la calle y volverán a lo mismo.
«El 'Titán III' estaba a la deriva por una avería y le habrían tenido que ir a rescatar seguro»
- ¿Cómo ha cambiado ese mundo?
- Ha cambiado muy poco. Se van adaptando a las posibilidades técnicas. El narco gallego sigue con la misma metodología que con el tabaco de contrabando. Contactan con otros grupos para acordar el transporte hasta un punto en altamar, envían a un pesquero o una lancha para introducirlo en tierra y descargan la droga como si fuera pescado. Si antes utilizaban la radio, ahora, el satélite y teléfonos de última generación. En Galicia se les está dando duro con la investigación policial, lo que les obliga a trabajar por otros sitios. Se ha decomisado cocaína en Algeciras y Holanda, con contenedores y ganchos ciegos. Los narcotraficantes saben que en los puertos grandes, por pura estadística, sólo se inspecciona un 10% de lo que entra y es difícil encontrarlo.
- ¿Y qué se puede hacer?
-Se debe invertir más en la lucha contra el tráfico de drogas, que representa el 90% del crimen organizado. Se ha demostrado que el terrorismo yihadista también se financia con el tráfico de hachís y que la mafia está vinculada con narcos colombianos. Hay que investigar no sólo el narcotráfico sino también la financiación, si les damos en su medio de vida también atacamos el tráfico de droga.
- ¿Ha funcionado la coordinación policial?
- Totalmente, los rifirrafes son de puertas para adentro, pero no ponen en riesgo la operación, para eso está el CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado). Vamos todos a una en la lucha contra los verdaderos enemigos que están ahí fuera. La Ertzaintza ya había investigado el 'Titán Tercero' con la Guardia Civil, pero lo tenían cerrado, y ahora hemos conseguido llegar al final.
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