![Una mujer renuncia a cobrar los 400.000 euros que ganó con el cupón extra de Navidad de la ONCE](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2025/01/31/once-afectada-kcIG-U2307193382409EH-1200x840@El%20Correo.jpg)
![Una mujer renuncia a cobrar los 400.000 euros que ganó con el cupón extra de Navidad de la ONCE](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2025/01/31/once-afectada-kcIG-U2307193382409EH-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Renunciar a cobrar un gran premio ganado en un juego de azar no es muy común. Pero es el caso de Sandra Tuccelli, una mujer valenciana que resultó agraciada con 400.000 euros en el Cupón Extra de Navidad de la ONCE de 2023 pero que por no poder asumir las costas del pleito judicial iniciado con la citada entidad por su negativa a abonarle el dinero ha tirado la toalla y ha decidido quedarse sin el. Tras el sorteo extraordinario celebrado el 1 de enero de aquel año, su marido fue a cobrar el premio pero al estar inscrito en el listado de ludópatas no pudo recibirlo.
Fue entonces cuando la pareja emprendió un largo camino judicial por considerar una «injusticia» esta decisión de la Organización Nacional de Ciegos Españoles. El marido de Sandra estaba inscrito en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ). Según la normativa nacional sobre directrices del juego, una persona que se incluye a sí misma en el listado de ludópatas no puedo cobrar un premio de un juego de azar. Al tomar esa decisión, queda bloqueado e imposibilita que el premio se pague a cualquier otra persona.
Según ha desvelado 'ABC', los gastos del proecedimiento judicial y el miedo de la denunciante a que la demanda sea destimada, le han llevado a renunciar al premio. De hecho, la ONCE no contestó al recurso de alzada presentado en abril de 2023, operando así el «silencio administrativo negativo», o lo que es lo mismo, la «inacción de la administración» que, pese a no serlo de manera estricta, tiene el mismo tratamiento al ser una corporación de derecho público, según fuentes consultadas. Además, cabe recordar que la ONCE no ha perdido ningún caso semejante vinculado al sistema de autoprohibición de ludopatía.
A la hora de acudir a cobrar el boleto, el marido de Sandra alega que le hicieron firmar una documentación, sin posibilidad de regresar a casa con el mismo: «No le explicaron nada. Le pusieron un montón de papeles encima unos de otros y le hicieron firmar sin leer la letra pequeña», explicó Sandra a 'ABC' hace dos años sobre el momento crucial del cobro por parte de su esposo. Mediante este escrito, declaraba ser el titular del boleto «sin posibilidad de modificarlo más tarde», todo ello, según denunciaron, «a sabiendas» de que el esposo de la agraciada se encontraba inscrito en el registro estatal para autolimitar los juegos de azar a ludópatas reconocidos.
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