Por un día, Dorothy Hoffner dejó su andador parado. Tiene 104 años, pero su edad no ha sido obstáculo para probar una experiencia que no olvidará jamás y que la fará famosa en todo el planeta. No es para menos. Esta mujer centenaria, oriunda de ... Chicago, espera ser certificada como la persona de mayor edad en saltar en paracaídas en el Libro del Guinness de los Récords. «La edad es sólo un número», afirmó con total convencimiento la señora después de realizar el salto desde un avioneta a 13.500 pies -4.100 metros- en el norte de Illinois.
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Ella es una mujer de retos. Atrevida. De las que nada le asusta. De hecho, no es la primera vez que salta al vacío desde un avión y siente lo que es volar. Fue hace cuatro años, cuando acababa de cumplir el primer siglo de vida. Este pasado domingo, dejó su andador justo antes de la aeronave y la ayudaron a subir las escaleras para unirse al equipo de profesionales de Asociación de Paracaidistas de Estados Unidos, que le esperaban en el interior del aparato y que le iban a ayudar a saltar en paracaídas.
Según ha dado a conocer 'The Guardian', la inmersión duró siete minutos, incluido el lento descenso de su paracaídas hasta el suelo. Al aterrizar, el viento empujó el cabello blanco de Hoffner hacia atrás: se aferró al arnés sobre sus estrechos hombros, levantó las piernas y se dejó caer suavemente sobre la zona de aterrizaje cubierta de hierba.
Cuando saltó en paracaídas por primera vez, la mujer dijo que la tuvieron que empujar. Pero en esta ocasión, de nuevo atada a un instructor certificado, Hoffner insistió en liderar el salto. «¡Vamos, vamos!», dijo esta norteamericana. Cayó del avión de cabeza, completando un perfecto giro hacia adelante en el cielo, antes de volar estable en caída libre con el vientre hacia el suelo. Al tocar tierra le esperaba una multitud que no dudó en vitorearla y corear su nombre por la encomiable hazaña.
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El récord mundial Guinness del paracaidista de mayor edad lo estableció en mayo de 2022 la sueca Linnéa Ingegärd Larsson, de 103 años. Ahora le ha supearado Dorothy. Sus amigos y familiares se apresuraron a compartir felicitaciones, mientras alguien traía su andador rojo. Se levantó rápidamente y le preguntaron cómo se sentía al estar de nuevo en el suelo. «Maravilloso», afirmó la centenaria mujer. «Fue maravilloso allá arriba. Todo fue encantador, maravilloso, no podría haber sido mejor», agregó emocionada.
Pero Dorothy es de las que no para. Después de esta gesta, tiene en mente otros desafíos. Cumplirá 105 años en diciembre, pero no por ella dejará aparcado su nuevo reto: un viaje en globo aerostático sea el siguiente. «Nunca he estado en uno de esos», dijo. Sin duda, nunca es tarde.
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