
Lucía Martínez Odriozola escribía el pasado mes de marzo en EL CORREO un obituario de su maestro Antonio Petit Caro. Cuando era una joven licenciada ... en Periodismo le pidió trabajo en la agencia Vasco Press. No lo consiguió, pero recibió dos consejos que le sirvieron en su carrera: entender la importancia de los cronistas locales, un género abandonado que sin embargo conecta con el lector, y la necesidad de convertir en trabajo la búsqueda de trabajo. Profesora de periodistas, defensora desde distintas asociaciones de un gremio profesional siempre en la cuerda floja y activa feminista combativa en las redes sociales, Martínez Odriozola ha fallecido este sábado a los 62 años tras el fallo multiorgánico derivado de complicaciones surgidas después de un transplante de riñón.
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Nacida en Getxo en 1958, formó parte de la primera promoción de Periodismo de la Universidad del País Vasco en 1983. Diez años después, se incorporó a la plantilla del Departamento de Periodismo II, donde impartió las asignaturas Géneros Informativos y Reporterismo. En 1991 cursó el Máster de El Correo. También formó parte del equipo decanal de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV. Durante muchos años se ocupó de la crítica de programas de ETB en este diario, donde también firmó reportajes y entrevistas. Fue presidenta de la Asociación de Periodistas Vascos y primera decada del Colegio Vasco de Periodistas, así como una pionera en reivindicar la perspectiva de género desde el periodismo.
Precisamente fue la Red Vasca de Periodistas con Visión de Género que fundó el germen de la revista 'Pikara Magazine', que pierde así a uno de sus baluartes. «Era una mujer guerrera, profesional y puntillosa, la que más sabía de periodismo feminista», destaca Andrea Momoitio, una de sus responsables. «Lucía nos dio clase a casi todas, fue la primera profesora que tuvimos que había pisado una redacción y que nos explicó que debíamos medir el número de caracteres para adaptarnos al espacio». Txuskan Coterón, actual presidente de la Asociación Vasca de Periodistas, recuerda a Lucía como «una mujer que creía en lo que hacía, temperamental, explosiva, sin filtros». «Gracias a ella, el Parlamento Vasco aprobó la constitución del Colegio Vasco de Periodistas. Amaba el periodismo bien escrito y, por encima de todo, creía en su honestidad».
A Lucía Martínez Odriozola era fácil verla por los bares de Algorta arrancando páginas de los periódicos para leerlas después con detenimiento. No pasaba una. Su último post en Facebook destaca una errata de este diario. Lucía se ha muerto sin poder ver hecho realidad sus esfuerzos para que el Ayuntamiento de Getxo recuerde la memoria de su admirado Ramiro Pinilla con un rincón. Deja a su compañero, Pedro Piñero, y a su hijo Ramón huérfanos de un huracán que creía en el poder del periodismo para transformar la realidad.
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La sala velatorio se encuentra instalada en el Tanatorio Getxo (C/Ollaretxe 6 de Algorta) y la despedida se celebrará este domigo día 15 a las 18:30 horas.
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