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azahara garcía
Miércoles, 6 de marzo 2019
Al final, la propia enfermedad le otorgó el descanso. La vecina de Portugalete, Maribel Tellaetxe, que padecía alzhéimer desde hace doce años, obligó a su familia a prometerle que no permitirían que su cuerpo y su mente llegaran a deteriorarse del todo. Una promesa ... que, a pesar de los esfuerzos de quienes más la querían, con su muerte quedará incumplida para siempre.
'Amatxu', como siempre la han llamado sus hijos, David, Danel y Ruth, y como era conocida por los activistas proeutanasia, ha fallecido este miércoles en la unidad de cuidados paliativos del hospital San Juan de Dios, de Santurtzi. Centro en el que tuvo que ser ingresada el pasado sábado en coma tras un episodio de convulsiones y fuertes dolores derivados de la enfermedad, en estado avanzado, que padecía. Una muerte que, para su hijo David, «ha llegado tarde y en unas condiciones que a ella le hubiera gustado evitar porque cuando la vida se convierte en un sufrimiento la muerte es una liberación, no hemos venido a este mundo a sobrevivir en medio del dolor, para nosotros eso no tiene sentido«, ha señalado en declaraciones a EL CORREO.
Morir sin sufrir y antes de olvidar a sus seres queridos fue siempre la decisión de Maribel y así lo dejó escrito en un texto de últimas voluntades que firmó mientras mantenía el pleno uso de sus facultades. Sin embargo, las leyes vigentes que prohíben la eutanasia no le han permitido abandonar este mundo de la manera que ella deseaba. Durante los últimos meses su marido, Txema Lorente, y sus hijos han luchado incansablemente por lograr la despenalización de la muerte asistida llevando su caso hasta el Congreso de los Diputados. Una guerra que para ella llega tarde pero que en su familia piensan seguir librando por todos aquellos que continúan sufriendo para que «se respete la voluntad de los que piensan como nosotros, y el resto que haga lo que quiera que nadie obliga», ha añadido David.
Hasta el momento, su página en Change.org llevaba recogidas ya 200.000 firmas, una cifra que no deja de aumentar. El sitio de Internet alberga también una carta de su hijo Danel en la que explica que «la vida es un derecho y no una obligación». Unas líneas que relatan la dureza de encontrarse a su madre la madrugada de Nochebuena llorando en la cocina porque sabía que llegaría un día en que no sería capaz de recordar a las personas que quiere.
Una generosidad que no termina con sus reivindicaciones, sino que va más allá con la donación del cerebro de Maribel, al Hospital de Txagorritxu en Vitoria, para que pueda ser objeto de investigación y sirva para avanzar en la cura del alzheimer.
Desde el Ayuntamiento de Portugalete, que en el pleno celebrado el 31 de enero aprobó con la abstención del PP una declaración institucional en apoyo a la despenalización de la eutanasia, el alcalde Mikel Torres dio el pésame a la familia y mostró su «enorme pena» por la muerte de Maribel. «Todos vamos a echar de menos a Maribel que se ha ido sin poder ver el resultado de la lucha que se ha estado llevando en su nombre y creo que es algo le hubiera gustado presenciar», afirmó.
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