Un monstruo de 2,37 metros en el Ebro a su paso por un pueblo de La Rioja

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«Posiblemente sea el pez de mi vida», comenta Sergio Pérez, que pesca desde pequeño y cumple siete años tomándose la afición en serio con buenos equipos. Y siempre pescando en la zona de su Alfaro, de la que estudia y conoce cada palmo. Con este ejemplar supera su anterior récord, uno que pescó hace un año de 2,17 metros, pero desde la orilla.

EL SILURO

Es un pez de agua dulce al que le gustan las aguas turbias.

Tiene una esperanza de vida de 30 años y es un depredador muy voraz. Se alimenta de todo tipo de peces y cualquier pequeño animal.

(Silurus glanis)

La media es de un metro, pero algunos ejemplares pueden llegar a medir 2,5 metros y pesar

más de 100 kilos.

PRESENCIA DE SILUROS

FUENTE:

Stop Siluros

PRIMER EJEMPLAR

Embalse de

Mequinenza

RÍO EBRO

ARAGÓN

Tarragona

Patos, roedores o culebras son su dieta aparte de todo tipo de peces.

No atacan a los humanos a no ser que se sientan amenazados.

Aleta anal

Buen olfato

y oído

Piel sin

escamas

Cabeza grande,

ancha y plana

Fosas

nasales

Aletas

pectorales

Electroreceptores

Ojos

pequeños

No tiene dientes

Succiona a sus presas

Depredador oportunista

Come peces vivos y muertos, anfibios,

crustáceos, insectos, gusanos y

otros invertebrados, aves acuáticas

e incluso plantas, pero su alimento

preferido son peces como carpas

y barbos.

EL SILURO

Es un pez de agua dulce al que le gustan las aguasturbias. Tiene una esperanza de vida de 30 años y es un depredador muy voraz. Se alimenta de todo tipo de peces y cualquier pequeño animal.

(Silurus glanis)

La media es de un metro, pero algunos ejemplares pueden llegar a medir 2,5 metros y pesar

más de 100 kilos.

PRESENCIA DE SILUROS

FUENTE:

Stop Siluros

PRIMER EJEMPLAR

Embalse de

Mequinenza

RÍO EBRO

ARAGÓN

Tarragona

Patos, roedores o culebras son su dieta aparte de todo tipo de peces.

No atacan a los humanos a no ser que se sientan amenazados.

Aleta anal

Buen olfato

y oído

Piel sin

escamas

Cabeza grande,

ancha y plana

Fosas

nasales

Aletas

pectorales

Electroreceptores

Ojos

pequeños

No tiene dientes

Succiona a sus presas

Depredador oportunista

Come peces vivos y muertos, anfibios, crustáceos,

insectos, gusanos y otros invertebrados, aves acuáticas

e incluso plantas, pero su alimento preferido son peces

como carpas y barbos.

EL SILURO

(Silurus glanis)

Es un pez de agua dulce al que le gustan las aguasturbias. Tiene una esperanza de vida de 30 años y es un depredador muy voraz. Se alimenta de todo tipo de peces y cualquier pequeño animal.

ORDEN: Siluriformes

FAMILIA: Siluridae

Su tamaño medio es de un metro, pero algunos ejemplares pueden llegar a medir 2,5 metros y pesar

más de 100 kilos.

Tiene lugar entre abril y junio

en zonas con vegetación y

poca profundidad.

 

El macho excava un nido para

la puesta y vigila hasta que

al tercer día eclosionan los

huevos

LA REPRODUCCIÓN

Cada hembra deposita miles de huevos

3 mm.

PRESENCIA DE SILUROS

PRIMER EJEMPLAR

Embalse de

Mequinenza

RÍO EBRO

ARAGÓN

Tarragona

RÍO VOLGA

RÍO DANUBIO

RÍO EBRO

FUENTE:

Stop Siluros

Patos, roedores o culebras son su dieta aparte de todo tipo de peces.

No atacan a los humanos a

no ser que se sientan

amenazados.

Tiene buen olfato y oído que le permite detectar los sonidos del exterior.

Aleta anal

Aleta anal muy larga, como todo su cuerpo comprimido en la parte posterior.

Receptores sensoriales

Los pescadores dan golpes en la superficie del agua para atraerlos.

Seis barbillones. Dos largos y móviles en la mandíbula superior funcionan como captadores de estímulos olfativos, gustativos y táctiles. Cuatro más cortos en la parte inferior.

Piel sin

escamas

Cabeza grande, ancha y plana

De color azul negruzco, pardo o

verdoso; los flancos son más claros

y el vientre blanco.

Fosas

nasales

Aletas

pectorales

Depredador oportunista

Sus fuertes aletas pectorales indican que vive sobre todo en el fondo.

Crustáceos, insectos, gusanos y otros invertebrados, aves acuáticas e incluso plantas, pero su alimento preferido son peces como carpas y barbos.

Electroreceptores

No tiene dientes

Se alimenta por succión, ya que su capacidad de morder es limitada.

Sus pequeños

dientes son

como limas.

Ojos

pequeños

No detecta a las presas por la vista. Utiliza los

electrorreceptores de los barbillones y otros organos sensibles situados en la boca y resto del cuerpo.

Fue una tarde más en la que Sergio e Iker buscaron la tranquilidad y belleza que les da el contacto con la naturaleza. Pero con la novedad de probar el nuevo equipo que se había comprado su primo. Se embarcaron en sus 'patos' en la desembocadura del Aragón en el Ebro y comenzaron a tirar caña.

Era una tarde con poca agua. Y clara. No eran las mejores condiciones para pescar siluros, que aprovechan a cazar con agua turbia después de tormenta, cuando el resto de peces no ven y ellos tienen ventaja al guiarse por las vibraciones del movimiento. «No había actividad, no cogimos salvo tres pequeños», recuerda Sergio. Pero confiaron en encontrar alguno más grande. «Haberlos sabemos que hay, pero la clave es que ellos entren en actividad y muerdan», explica.

Al atisbar ya el coche y el fin de trayecto, Sergio decidió cambiar de orilla. Eran casi las nueve de la noche y la experiencia le decía que los animales comenzarían a activarse. «Intenté aprovechar los últimos diez minutos. Eché un lance detrás de otro y, al poco de cambiar de orilla, al quinto picó. Y tiró fuerte de la caña –cuenta–. Ya le dije a mi primo que llevaba y uno grande».

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Ahí comenzó la pelea. El siluro estaba en su territorio, subía y bajaba en las aguas a Sergio en el 'pato', que debía mantenerse en el sitio con las aletas en los pies y buscar sacarlo en brazos hasta medio río. Tenía que evitar que se refugiara en la zona de enrames, en un lugar con varios árboles sumergidos donde podría ocultarse. «Con la mano en el carrete, intentando tentarlo, se quedó a poco de guardarse en los enrames. Pero conseguí volverlo, lo saqué a medio río y ahí tuvimos la pelea final», recuerda de esos veinte minutos de lucha.

Ya en la orilla, bajados del pato, le ganaron la lucha. Y comprobaron su enormidad. Apenas podían elevar sus 80 kilos de peso. «Sabía que iba a ser grande, pero no era consciente de que iba a ser ese monstruo. Coger un animal de esas dimensiones en esta zona es muy complicado... se dan más en Mequinenza, aunque también es complicado –valora–. Pero tuve la suerte de picarlo y de echarle la mano».

Especie invasora y depredadora, la talla media de los siluros en el tramo de La Rioja Baja está entre 1,20 y 1,80 metros. Con el fondo plagado de pequeños, es raro encontrar uno tan grande. «Para el pescador deportivo de pez grande, el siluro nos ofrece una pelea impresionante, momentos de adrenalina durante la lucha y nos da mucho juego. Es lo que nos gusta», admite Sergio, que señala la carpa, también invasora, como otro reto. Las están sacando de más de 15 kilos. Y también les dan pelea y ponen a prueba sus equipos.

De naturaleza territorial, la experiencia de los protagonistas de la captura les dice que este siluro de enormes dimensiones habrá nacido y crecido kilómetro arriba, kilómetro abajo del punto donde picó. Depredador, lo es tanto de la poca fauna autóctona que queda (barbo, tenca, madrilla, trucha común, ranas...) como de la también invasora, la mayoría en estas aguas del Ebro (alburno, perca americana, lucio, cangrejo americano, mejillón cebra, almeja asiática...).