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JOSÉ R. VILLALBA
Martes, 22 de noviembre 2022, 11:50
Un individuo no tuvo mejor idea la pasada tarde noche del domingo que dejar una bicicleta, convertida en eléctrica de forma artesanal, a pocos metros de la entrada principal a la Comandancia de la Guardia Civil de Granada. Toda la calle está incluida en un ... perímetro de seguridad que prohíbe estacionar cualquier tipo de vehículo, incluidas las bicicletas.
Una patrulla móvil que recorre el perímetro de estas dependencias policiales no le gustó nada lo que vio cuando apreció unos cables sueltos visibles desde el exterior en la zona donde supuestamente la bicicleta llevaba la correspondiente batería. No debe olvidarse que España se encuentra en estos momentos en el nivel cuatro de alerta antiterrorista por yihadismo, solo hay un nivel más por lo que cualquier precaución es poca y mejor pecar de prudencia que de lo contrario.
Tras activarse todo el protocolo pertinente para verificar si la bicicleta llevaba o no carga explosiva, se recurrió a uno de los perros de la Unidad Cinológica especializado en la detección de explosivos. El animal marcó la bicicleta como posible portadora de algún tipo de carga de dinamita o pólvora. En ese momento, se encendieron todas las alarmas. Todo esto sucedía entre las 19.30 y las 20 horas del domingo. Policia Local de Granada cortó el tráfico en las dos calles perpendiculares a José Manuel Baena Martín, esta última es la vía donde se encontraba la bicicleta, cerca de la puerta de acceso principal a la Comandancia de Granada. Policía Nacional también desplazó a la zona varias dotaciones en apoyo.
Una vez cortado el tráfico, un agente de los TEDAX de la Guardia Civil se encapsuló su traje y comenzó la tarea para poner una carga que desactivara cualquier explosivo que pudiera llevar la bicicleta. El vehículo quedó convertido en un amasijo de chatarra después de ser explosionado y finalmente se confirmó que la bicicleta no llevaba ninguna carga explosiva.
¿Qué marcó entonces el perro especializado en explosivos? No se descarta que el can pudiera haber olfateado restos de pólvora en la zona donde estaba la bicicleta, casi en la puerta de la Comandancia de la Guardia Civil, un extremo no demasiado difícil si se tiene en cuenta que se trata de unas dependencias policiales grandes donde se hacen prácticas de tiro y se usan explosivos. El falso positivo del perro pudo estar motivado por esta causa.
Poco después de todo esta desaguisado y una vez restablecido el tráfico en la zona, y superado el susto, el dueño de la bicicleta se personó en la zona para coger el vehículo y marchar a su destino. «Dónde está mi bici», preguntó. Cuando le contaron lo sucedido, explicó a los guardias que había dejado allí la bicicleta por seguridad para evitar que se la robaran porque no tenía un buen candado y a nadie se le iba a ocurrir robarla de la puerta de la Comandancia. También explicó a los agentes que había sido él quien de forma artesanal la había convertida en eléctrica poniendo en práctica los conocimientos que tenía de electricidad.
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