
Patricia Val
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Patricia Val
Patricia Val es directora de Alokabide, la sociedad pública para la gestión del alquiler protegido en Euskadi, desde 2011. Su experiencia en el sector le ... permite tener una visión global del mercado y garantizar que «el Gobierno vasco está capacitado para atender la demanda existente», que supera las 98.000 personas. «No sólo damos un techo a las personas, sino que trabajamos para mejorar sus vidas», asegura la dirigente socialista.
– El lehendakari, Imanol Pradales, ha reconocido que el Gobierno vasco no impondrá el alquiler y que facilitará avales para la compra. El PSE siempre ha defendido el alquiler frente a otras opciones.
– La vivienda es una preocupación que afecta a todas las clases sociales y el mercado del alquiler en Euskadi es escaso. Debemos fomentar la emancipación juvenil desde diversas perspectivas que sean compatibles. Tenemos ayudas, VPO para jóvenes, alojamientos dotaciones y otro tipo de respaldo como pueden ser los avales para la compra que comentó el lehendakari. Lo que determina la ley de vivienda vasca es que la promoción pública tiene que ser en alquiler.
– ¿Por qué piden aunar fuerzas para fomentar el alquiler social?
– La gestión de la vivienda pública en alquiler es una de las más idóneas para garantizar una vivienda digna. Los datos lo avalan. La evolución de viviendas que se han gestionado en Euskadi ha pasado de 14.800 en 2020 a 16.700 este ejercicio. Pero para que la política sea eficiente hay que afrontar dos grandes retos.
– ¿Cuáles?
– Abordar políticas innovadoras que favorezcan que un parque público no determine el estatus socioeconómico de las personas que lo habitan. Por otro, debemos trabajar en red y llegar a consensos sobre cómo debe evolucionar el mercado de la vivienda social.
– La oferta de alquileres libres ha caído. ¿No hay pisos o no se quieren arrendar?
– Hay cierto miedo, cierta reticencia a alquilar, pero se puede decir de manera rotunda que en Euskadi tenemos un programa que garantiza un arrendamiento seguro a los propietarios, que se llama Bizigune. El propietario cobra todos los meses y la interlocución es con la Administración, no con el inquilino.
– ¿De dónde viene ese miedo?
– De que se produzca una situación de impagos o del uso que se le puede dar al piso. Todos quieren que su vivienda se cuide. Pero también existe una preocupación por mantener el piso vacío y que sea ocupado.
– Los profesionales del sector achacan el desplome de la oferta a la ley de vivienda de 2023.
– No creo que la ley haya provocado esta situación. Es una herramienta jurídica complementaria que ha sabido atender las inquietudes.
– La lógica dice que cuantas más trabas se le ponga al propietario (pago de honorarios, tope de precios...), menos querrá poner su piso en alquiler.
– No lo creo. Lo que hay que ofrecer al propietario es tranquilidad y garantías. Nosotros intentamos que esos pisos salgan al mercado para atender la necesidad actual. Tenemos 78.000 demandantes de alquiler. Pero también hay que saber buscar un equilibrio entre las necesidades del inquilino y las expectativas y preocupaciones del propietario.
— En un mercado inflacionista, encontramos familias vulnerables cuya única opción para vivir es tener una VPO. ¿Qué pasará si los precios siguen al alza?
– Debemos afrontar la situación con todos los mecanismos posibles: rehabilitación, movilización, ayudas, prestaciones, promociones... Las familias vulnerables son nuestra prioridad, pero debemos atender a todos los colectivos. El problema de la vivienda es transversal y no tenemos que olvidar las diferentes capas sociales que quieren ver satisfecho su deseo de tener un recurso habitacional.
– La juventud es uno de los colectivos más afectados. ¿Qué consecuencias sociales habrá si siguen sin poder emanciparse?
– El Departamento va a hacer una clara apuesta por impulsar la emancipación juvenil.Mejorando y haciendo más atractivo el programa Gaztelagun y con promociones reservadas para jóvenes. No sé lo que pasará en un futuro, pero sí en lo que apostamos en el presente.
– ¿Teme que la presión del alquiler siga al alza y se genere un escenario como el que existe en Madrid o Barcelona?
– Trabajamos para que esa situación no llegue a darse. Es importante promover, rehabilitar, pero también ser eficientes en la gestión del parque público. En Alokabide trabajamos en la prevención de la exclusión residencial con adjudicaciones directas, cedemos pisos a Cruz Roja y también trabajamos con los residentes que viven en un piso social.
– Las listas de Etxebide evidencian una clara inclinación por el alquiler. ¿Estamos ante un cambio de modelo residencial?
– Ha habido un cambio de rol. Antes el 80% de la demanda era en propiedad y el 20% en alquiler. Ahora es al revés. Si los demandantes crecen es porque confían en que la Administración pueda satisfacer su deseo habitacional. Hasta hace unos años la permanencia en el parque público era temporal y ahora vemos que los residentes tienden a quedarse, lo que demuestra que su situación económica no varía.
– Pero ese cambio de preferencias, ¿por qué cree que se da?
– Porque cambia la mentalidad. Los jóvenes ven en el alquiler una modalidad que se adapta más a sus cambios. Nos vamos acercando a modelos de referencia de capitales europeas como Viena porque estamos apostando por un modelo de justicia social. También creo que la sociedad está cambiando. Ya no interiorizamos la necesidad de tener un piso en propiedad. Ahora lo que necesitamos es tener una vivienda.
– La demanda no para de crecer. ¿Está el Gobierno vasco capacitado para atenderla?
– Claro que sí. Diversificando, buscando soluciones e intentando que las administraciones participen. Para movilizar pisos vacíos los ayuntamientos son esenciales porque explican cuáles son las bondades del programa Bizigune. La vivienda es una prioridad y estamos encauzando la situación para que el recurso habitacional tenga solución.
– ¿Es un error construir vivienda protegida en venta?
– No. Hay que atender toda la demanda y existen colectivos que buscan vivienda en propiedad.
– Euskadi tiene 9.000 pisos vacíos a los que se les podría aplicar el canon. ¿Cuesta captarlos?
– Los propietarios lo que quieren es que sus viviendas estén cuidadas y cobrar la renta. Bizigune es un programa estrella porque atiende esas preocupaciones. El piso se devuelve en las mismas condiciones que fue entregado y no hay impagos.
– ¿Alokabide capta todas las viviendas vacías o sólo en los municipios donde hay demanda?
– Principalmente donde hay demanda. No tenemos viviendas vacías. Captamos los pisos que, después de ponerlos a punto, pueden tener una salida. Aunque es cierto que con la gran necesidad que hay es raro el municipio que no tenga demanda.
– ¿Cuál es el reto a futuro?
– Seguir trabajando sobre el parque que tenemos con medidas innovadoras y sostenibles. Hay que buscar la renaturalización de los espacios comunes para generar un sentimiento de arraigo. E insisto, no hay una única salida. Hay que diversificar las opciones y optimizar los recursos públicos para garantizar la vivienda.
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