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Ignacio Arregui.
El micrófono vasco en el Vaticano
Ignacio Arregui

El micrófono vasco en el Vaticano

Obituario ·

Martes, 17 de noviembre 2020, 23:59

La voz de Ignacio Arregui Cendoya (Oñati, 1931) se apagó ayer, a los 89 años, en la residencia de los jesuitas de Loyola en Azpeitia, muy cerca de los estudios de la radio que dirigió, junto a la casa natal del fundador de la Compañía de Jesús. Sacerdote desde el 30 de julio de 1961, se licenció en Filosofía y Teología en el colegio máximo de Oña (Burgos), antes de diplomarse en Comunicación Social en el Colegio Superior de Periodismo y Medios Audiovisuales de Pérgamo, una iniciativa de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán. Fue lo que le marcó de por vida, porque a partir de ese momento ya no se apartó del mundo de la comunicación.

En 1970 ya estaba trabajando en los micrófonos de Radio Popular de Loyola, de la que fue director, y en la que obtuvo un Premio Ondas. De ahí saltó a Eusko Irratia, en sus primeros balbuceos, hasta que sus superiores le enviaron a Roma en 1986. Fue subdirector de Programas de Radio Vaticano y luego responsable de los Servicios Informativos bajo las órdenes del padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, al que se le conocía como el 'micrófono de Dios' por su gran facilidad de palabra. Los jesuitas siempre han tenido una fuerte presencia e influencia en los medios de comunicación de la Santa Sede. También fue profesor de Periodismo en la Pontificia Universidad Gregoriana de la capital italiana.

Antes de que una enfermedad le retirara del contacto social en la casa de los jesuitas de la Universidad de Deusto, tuve la ocasión de compartir con él algunas tertulias, en las que me fue desgranando algunos de los episodios que jalonaron su trayectoria eclesiástica y profesional. Era vicepostulador de la causa del beato hermano Gárate, que se ocupó de la portería de la universidad durante 41 años, y ha podido conocer la apertura del proceso de beatificación del irrepetible Pedro Arrupe. Guardaba un gran recuerdo de su etapa romana cuando las noticias que más eco encontraban eran las relacionadas con ETA y la violencia, y que le proporcionaron más de un disgusto. Por ejemplo, en marzo de 1987, pidió a Mikel Lejarza una semblanza del exjefe de ETA Txomin Iturbe, que había muerto en Argel, «para enfocar el problema vasco». Se organizó un gran revuelo y se sucedieron las protestas, algunas a nivel diplomático. Se acusó a Radio Vaticano de hacer apología del terrorismo. La embajada española ante la Santa Sede pidió la cabeza de Arregui, pero no se la cortaron. En octubre de 2000 le hizo una entrevista al entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe, que viajó a Roma para asistir a la canonización de María Josefa del Corazón de Jesús, la primera mujer en el santoral vasco. La entrevista nunca se emitió «por órdenes que vinieron de muy arriba», pese a que contaba con las bendiciones de Lombardi.

Arregui nunca se apartó de su segunda vocación, la de periodista, y siguió colaborando en revistas como 'Reseña' y 'Mensajero'. Siempre con rigor y con la cobertura de una gran formación intelectual, que era lo que trasmitía a sus discípulos para no depender siempre de la improvisación. La radiodifusión vasca le debe mucho.

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