Los ertzainas que lleven microcámaras no podrán acceder, ver o manipular las imágenes almacenadas

El Departamento de Seguridad ha adquirido 45 dispositivos -30 para la prueba piloto y 15 para hacer sustituciones de las mismas- para lo que ha invertido 106.000 euros. Este ensayo, que se llevará a cabo en Bilbao, Vitoria e Irún en los próximos meses, servirá para determinar en qué ocasiones se tomarán imágenes, la cadena de custodia del vídeo o la decisión de guardar o descartar las imágenes.

Las cámaras, que deberán ser de fácil uso y con alta calidad de imagen, deben ofrecer una visión similar a la experiencia real del ertzaina. Además, los dispositivos tendrán un sistema ágil y automatizado de asignación de cámaras a los agentes, para que se permita identificar de forma inequívoca cada grabación realizada con el policía que portaba el dispositivo.

Los dispositivos también determinarán la hora y el lugar donde se graba. Este último aspecto gracias a las coordenadas GPS. Cada cámara será poco más grande que un paquete de tabaco y pesará alrededor de 200 gramos. De esta forma, las dimensiones serán de 10 centímetros de alto, 9 de ancho y una profundidad de 3 centímetros. Además los aparatos tendrán bordes redondeados para evitar posibles lesiones.

Los ertzainas que porten las microcámaras lo podrán hacer sobre cualquiera de sus uniformes. De esta forma, se colocarán tanto sobre los chalecos antibalas u otras prendas, ya sea por una fijación magnética, un arnés o por pinza. Esta última servirá para colocarla en bolsillos.

Las cámaras, que tendrán una capacidad de 32Gb y una batería de 12 horas de duración, podrán grabar a una resolución máxima de 1.080 pixeles y el ángulo de visión del objetivo será entre 120 y 140 grados.