El menú de un comedor de Hernani: Alubias podridas y un gusano en el pescado

La gota que ha colmado el vaso ha sido la retirada ayer del primer plato (alubias) en el colegio Ikasbide de Durana (Álava), el mismo centro en el que el 22 de septiembre se detectaron larvas en un plato de pasta y en el que el miércoles hubo que desechar el segundo plato (filete de ternera en salsa) por tener mal aspecto y un sabor más ácido de lo normal.

Tras conocer la retirada de las alubias, Educación alertó a otros colegios de Álava y Gipuzkoa a los que sirve Serunion para que no las sirvieran a sus niños. Es el caso de la ikastola Langile de Hernani, que recibió el correo de la Consejería a las 12.15 horas. Para entonces las trabajadoras del comedor ya habían ingerido las legumbres.

Pero los problemas no acabaron ahí en este centro de Primaria (el edificio de preescolar tiene cocina 'in situ' y no fue necesario retirar la comida), donde Serunion se encarga del servicio desde la semana pasada. Un niño de segundo (7 años) encontró un gusano en su ración de pescado, lo que llevó a las responsables de la jangela a no servir tampoco el segundo plato.

Así las cosas, los txikis del primer turno se tuvieron que contentar este viernes con el tomate de ensalada que acompañaba el pescado y el postre (fruta y yogur), según denunciaron padres de alumnos de este centro. Para los de la segunda tanda, la empresa envió un «menú de contingencia, consistente en puré» tras ser contactada por las trabajadoras del centro.

Los padres de la ikastola Langile de Hernani, en muestra de su malestar por la situación, han organizado una protesta para este domingo a las doce del mediodía. Animan a toda la ciudadanía a sumarse a la misma mediante una cacerolada que arrancará desde la plaza del Ayuntamiento de la localidad.

Las incidencias con la comida de esta empresa se suceden y van más allá de Euskadi. También este viernes, responsables de varios centros de La Rioja encontraron gorgojos en las alubias. En esa comunidad, el Gobierno regional ha impuesto ya una multa de 13.000 euros a Serunión por la aparición de gusanos en 14 comedores desde que comenzó el curso.

En Gipuzkoa también se suceden las denuncias. Este periódico ya se hizo eco la semana pasada de las protestas de los padres de algunos centros como el instituto Koldo Mitxelena de Errenteria, donde día tras día se repetían las quejas por la «mala calidad de la comida, retrasos en la entrega de los menús, escasez de personal e insuficiencia de material, con raciones que no llegan para todos los alumnos».

La preocupación en las familias se ha extendido tan rápido como el conocimiento de lo que sucede en los comedores. Tras conocerse el caso de la presencia de lombrices en la pasta en el colegio Ikasbide de Durana, el 19 de octubre se activó una petición en la plataforma change.org que bajo el título 'Escolares en peligro por la negligencia de Serunion en los comedores' recuerda que esta firma «acumula desde hace años muchas denuncias y expedientes abiertos en varias comunidades» y pide al Gobierno Vasco que rescinda los contratos que tiene adjudicados en Euskadi. La iniciativa había recabado anoche, al cierre de esta edición, 1.886 firmas.

Educación ha recogido el guante y se dispone a prescindir de los servicios de Serunion. Fuentes de Educación explicaron a este periódico que el departamento «buscará la manera legal de romper el contrato con todas las garantías», toda vez que no resulta sencillo dar marcha atrás a una adjudicación administrativa.

Entretanto, también se ha movilizado la confederación de padres de alumnos de la escuela pública vasca (Ehige), que ha iniciado una «campaña de control y seguimiento de los comedores escolares» con el objetivo de que las empresas adjudicatarias cumplan las condiciones establecidas en los contratos y para conseguir una alimentación escolar «más saludable, justa y sostenible».

La organización recordó este viernes en un comunicado que este curso han entrado en vigor los nuevos contratos de comedores de los centros educativos públicos, y que se están sucediendo las quejas por la calidad de los alimentos y del servicio. A corto plazo, Ehige recogerá las incidencias que se produzcan durante un mes, mientras que, a largo plazo, un grupo de trabajo controlará el cumplimiento de los pliegos de los contratos. La asociación recuerda a padres y centros la «importancia» de crear comisiones de comedor en los centros educativos para controlar este servicio.