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Un menor de 16 años ha perdido la visión de un ojo tras, presuntamente, recibir un puñetazo de un compañero de instituto en Almería. La familia del adolescente herido asegura que llevaba tiempo sufriendo insultos por parte de varios alumnos, entre ellos el presunto agresor.
Los hechos, que ahora investiga un juzgado de menores, ocurrieron el 11 de marzo durante un cambio de clase en el Instituto de Educación Secundaria Celia Viñas, donde ambos están matriculados, y que está situado en Almería capital.
Las versiones de los dos implicados coinciden sólo en parte. El origen parecen ser los insultos. El presunto agresor manifestó que la víctima lo empujó contra la pared y le dio un cabezazo. Supuestamente, él reaccionó dándole un puñetazo en el rostro.
El menor herido admite que se fue hacia el presunto agresor y que lo empujó, pero -según las fuentes consultadas- sostuvo que el cabezazo no fue intencionado, sino fruto de un roce durante el forcejeo.
La víctima comenzó a sangrar y acudió a un centro sanitario. Finalmente, ingresó en el Hospital de Torrecárdenas, donde fue intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones, una de ellas de urgencia. Ha permanecido casi un mes ingresado. El abogado Leopoldo Marfil, que asiste al menor herido, asegura que a día de hoy ha perdido el 100% de la visión del ojo izquierdo.
El instituto activó el protocolo de convivencia en el ámbito escolar y expulsó una semana al presunto agresor. Ya ha regresado a clase con normalidad. Sobre la víctima aún no se ha aplicado ninguna medida en el ámbito escolar -por el empujón y el supuesto cabezazo-, ya que no ha vuelto a acudir al instituto.
Un juzgado de Menores ha abierto diligencias por las lesiones, pero también por un posible delito contra la integridad moral para investigar el contexto previo a esa agresión y si, como sostiene la familia, el menor herido estaba siendo acosado.
Al parecer, una hermana de la víctima habría acudido al menos en dos ocasiones para informar de que su hermano estaba sufriendo insultos por parte de compañeros. La primera vez fue el curso pasado y de nuevo ha ido este año, aunque los alumnos identificados son diferentes.
Según fuentes cercanas al caso, el juzgado ha dictado una orden de alejamiento de 200 metros respecto a la víctima y ha anunciado que el centro y la administración regional serían, priori, responsables civiles solidarios al haber ocurrido los hechos dentro del instituto.
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