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No se sabe ni siquiera si tenía nombre. Pero la agonía de la perra que fue apaleada y disparada por un hombre en un aldea de Chantada (Lugo) el pasado sábado acabó ayer tarde en el hospital veterinario Rof Codina de Lugo. El animal no ... pudo recuperarse del impacto que le había atravesado dos extremidades ni de la tunda de palos que recibió. Había parido media docena de cachorros hace 15 días.
La brutalidad del autor, un agricultor de unos 60 años de la aldea Soilán do Monte, quedó plasmada en unas imágenes que han encendido las redes sociales. Anoche, la suma de firmas para pedir que se endurezca la ley de Maltrato Animal superaba las 155.000 en sus dos frentes abiertos: change.org alcanzó las 20.000 peticiones; y Pacma (Partido Animalista contra el Maltrato Animal), las 135.000.
Además, una manifestación recorrió las calles de Vigo. A la cabeza, la presidenta de Pacma, Laura Duarte, que, de camino a la ciudad gallega, reclamó ese endurecimiento de las condenas. «Este hombre podría no entrar en prisión, ya que las penas por maltrato animal siguen siendo ridículas en nuestro país y, salvo que cuente con antecedentes penales, no entrará en la cárcel».
La necropsia del animal se realizó ayer tarde para incorporar el informe a las diligencias abiertas por la Guardia Civil. Último paso de un sórdido ejemplo de maltrato que comenzó el sábado. Un disparo y los gritos lastimeros de la perra interrumpieron el viaje de Ramón Feijoó y Virginia González por la N-540 a la altura de Chantada. Desde el asiento de copiloto, Virginia acertó a ver junto al arcén a un hombre, su escopeta y su perra tirada en el suelo. «¡Ha matado a la perra, la ha matado!» gritó la mujer.
Al ver a los testigos, el maltratador ató una cuerda al cuello del animal y comenzó a arrastrarlo camino de su casa. Mientras la perra parecía agonizar, Ramón y Virginia se enfrentaron al hombre y, además de llamar a la Guardia Civil, lograron grabar unas imágenes suyas tirando del can. Al censurarle su actitud, se presentó como «cazador», al parecer se puso violento al ver que le estaban grabando, y abandonó al animal sobre el asfalto.
Tras la denuncia, los agentes recogieron a la perra, que, tras ser atendida por un veterinario de Chantada, fue derivada al centro veterinario donde falleció en la tarde de ayer. Los funcionarios encontraron media docena de cachorros de la perra muerta en la finca de su agresor. Mario González, el mismo veterinario que atendió a la madre, se encarga de su cuidado, antes de trasladarlos a la perrera que presta servicios al Ayuntamiento lucense.
Las primeras protestas se produjeron el lunes, cuando un pequeño grupo de personas se concentró ante el cuartel de la Guardia Civil de Chantada con pancartas de protesta y a la espera de ver aparecer al denunciado. Los agentes del puesto aclararon que las diligencias ya están en manos del juez de la localidad.
Además, Ramón Feijoó subió el corto vídeo a las redes. Y en éstas lo han zarandeado a conveniencia para convertir estos hechos en un nuevo conflicto entre ambientalistas y cazadores. Varias organizaciones como Libera! y Mundo Vivo anunciaron que se personarán como acusación particular. En casi todas las protestas se insistía en la condición de cazador del protagonista. También en su cuenta de Twitter, Pacma compartió el vídeo bajo el título 'Un cazador arrastra por el suelo a su perra'. Y ayer lanzó su campaña de firmas 'Ayúdanos a que este cazador vaya a la cárcel'.
Desde el sector cinegético también hay un clamor. «Hechos brutales así tiran por tierra todos los esfuerzos de la caza regulada por concienciar de nuestro respeto a las leyes», lamentó el director general de la Fundación Artemisán (Defensa de la Caza), Luis Fernando Villanueva. «Dice que es cazador porque lleva una escopeta –insistió–, pero nosotros estamos decididos a cambiar las cosas desde dentro y desde fuera. Por eso también denunciamos a los cazadores furtivos cuando tenemos constancia».
Por su parte, el presidente de la Federación de Caza de Lugo, Francisco López, insistió ayer en que el desaprensivo «no está federado» y lamentó que se use su comportamiento para atacarles. «Podrían decir que es labrador, porque lo es, pero prefieren decir que es cazador porque así hacen más daño al colectivo». También el presidente de la Federación Española de Caza, Ignacio Valle, reiteró su compromiso contra casos como este. «Si realmente este individuo tuviera licencia de caza, vamos a poner en marcha a todo nuestro gabinete jurídico para que no vuelva a practicar la actividad cinegética en su vida».
Al autor del cruel suceso le han surgido acusaciones particulares desde todos los frentes. Unos y otros podrán personarse en unas diligencias que, una vez cerradas, podrían sentarle en el banquillo, donde tendrá que enfrentarse a una posible condena de entre 6 y 18 meses de cárcel, el tipo más agravado cuando «se maltrata al animal hasta la muerte». Esto supone que, si carece de antecedentes penales, no tendría que ingresar en prisión.
La protección animal no llegó a las leyes españolas hasta la reforma penal de 2004. Pero hubo que esperar hasta 2015 para que el Código Penal contemplara condenas por estos delitos. En él se estipulan penas de tres meses y un día a un año de prisión por maltrato a cualquier animal «que no viva en estado salvaje». La norma incluye espectáculos públicos, salvo los permitidos (correbous de Tarragona, Toro de la Vega en Tordesillas o los encierros de Pamplona...).
«La nueva ley es bastante clara y ha sabido proteger el bien jurídico de los animales domésticos. Incluso regula su posible explotación sexual», destaca el letrado Carlos Vázquez, especialista en defensa jurídica de asuntos relacionados con seres vivos.
El Pacma reclama mayor dureza y que las penas de prisión alcancen los dos años para que los condenados vayan a la cárcel. No fue el caso del hombre que colgó a su perra en Sevilla de un poste hasta que murió por asfixia (6 meses de prisión). O el de Barcelona que propinó patadas a su mascota y la arrojó por el balcón (9 meses). «El ingreso en prisión es fácilmente sustituible o suspendible, por lo que el efecto disuasorio queda en entredicho», denuncia la penalista Carmen Requejo Conde en su estudio 'El delito de maltrato a los animales tras la reforma del Código Penal'.
Una plaga generalizada. Aunque solo los casos documentados con imágenes llegan a la opinión pública, cada año se maltratan en España unos 60.000 animales en fiestas populares, cerca de 200.000 mascotas son abandonadas (50.000 de ellas perros) y docenas de miles de galgos son sacrificados al finalizar la temporada de caza con estos perros. En muchos casos sufren «extenuación, mutilación o desnutrición», según advierte Carmen Requejo Conde en 'El delito de maltrato a los animales'.
163 condenas se firmaron en 2017 por inclumplir la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, que modificaba la anterior, de 1995, en la que se contempla el maltrato animal como ilícito penal. Otras 46 fueron absolutorias, según la Memoria de la Fiscalía General del Estado. La mayoría de los casos son sanciones administrativas que se tramitan por la vía del procedimiento sancionador.
Custodia compartida. La protección de las mascotas ha llegado a los litigios por separación o divorcio. Un juzgado de Valladolid emitió en mayo la primera sentencia que establece un régimen de custodia compartida para el perro de una expareja tras su ruptura. «Los animales no son cosas, sino seres dotados de sensibilidad (...) Se ha de respetar su condición de ser sensible», argumentó el magistrado.
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