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Laura Lezana
Martes, 22 de octubre 2024, 09:19
Diego es un pequeño de apenas dos años que ha vivido una situación muy delicada y ha sabido superarla como un valiente. El accidente sucedió mientras ingería cacahuetes con tan mala fortuna que aspiró un resto del alimento que acabó en su pulmón. En ese ... momento se encontraba en Haro, donde vive junto a sus padres, quienes alertados llevaron a su hijo al centro de salud jarrero y después a Logroño, donde fueron atendidos en primera instancia.
Debido a la gravedad y delicadeza del caso, Diego tuvo que ser derivado al Hospital de Burgos, donde cuentan con una unidad especializada en tratamientos de este tipo. Allí hicieron la extracción del cuerpo extraño con una cirugía que duró alrededor de tres horas. «El alimento estaba en un sitio muy crítico y la operación fue muy complicada», relata hoy Alejandro, padre de Diego, recordando los estresantes momentos que vivieron. Finalmente, el niño salió con una condición estable y ayudado por una respiración artificial, pero la tranquilidad no duró mucho.
«Durante sus primeras ocho horas apareció un neumotórax, con la expulsión de aire del pulmón hacia su cuerpo y esto le puso en una situación más delicada aún», cuenta el padre.
Debido a esa perforación, se requirió la presencia de profesionales especializados de la UCIP del del Hospital 12 de Octubre de Madrid, quienes viajaron hasta Burgos para conectar al pequeño a un pulmón artificial o ECMO, un equipo cuya función es suplir las funciones del corazón y o los pulmones cuando éstas han fracasado. Se oxigenó la sangre del pequeño gracias a un dispositivo que hizo la función de los pulmones y llevó esa sangre al resto del cuerpo. Tras la intervención, Diego fue trasladado al centro hospitalario madrileño. Actualmente, el niño continúa ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Nuevo Hospital 12 de Octubre, acompañado por su familia. Fue desconectado del ECMO el 15 de octubre y está estable, en espera de evolución, según los facultativos del hospital.
El programa del que se ha beneficiado Diego nació en el año 2012 de la mano de la pediatra Sylvia Belda, jefa de sección de la UCI Pediátrica del Hospital 12 de Octubre, quién lo organiza desde entonces. Consiste en una coordinación de hospitales, en este caso el Hospital de Burgos, que envió varias ambulancias al 12 de Octubre para recoger a los profesionales, quienes viajaron al hospital de origen y colocaron la máquina ECMO al paciente para estabilizarlo y llevarlo a Madrid.
«Esta es una técnica que exige especialización y que hay en unos 15 centros en España en pediatría. Entonces hay veces que un niño se pone tan grave que ya es imposible trasladarlo a un centro de ECMO en una ambulancia, porque está en una situación de riesgo tal que solo moverlo aumenta mucho la mortalidad», explica la pediatra. La fortaleza del pequeño Diego no concluyó ahí ya que un día después de llegar a Madrid, durante el primer fin de semana de octubre, fue trasladado a la nueva sede del hospital, inaugurada esa misma semana. Un hito que desde el centro también celebran. «En el momento de la mudanza –recuerdan– estaba en situación crítica, conectado a un pulmón artificial. El niño había ingresado 24 horas antes de ser trasladado por un equipo de profesionales de la unidad, referentes nacionales en el manejo de esta técnica».
Los padres de Diego descansan tranquilos por su niño tras las más de tres semanas de angustia. Alejandro agradece hoy toda la ayuda recibida del sistema de salud al estar involucradas varias comunidades y a la fundación Ronald McDonald, que le han ofrecido una estancia a él y a su mujer durante todo el proceso.
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