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«La primera euforia va disminuyendo gradualmente y, en ocasiones, puede llevar a la depresión»

Jose Luis Agirre, presidente de SECOT Bizkaia, abordó las fases que siguen a la jubilación y cómo afrontarlas con éxito

LAURA CASTELLANOS

Lunes, 5 de octubre 2020, 01:40

«Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida». Esta frase no es obra de Jose Luis Agirre, actual presidente de SECOT Bizkaia, la asociación de voluntariado senior que asesora a emprendedores, sino que se atribuye a Woody Allen. Aunque sí recurrió a ella durante su ponencia el pasado martes para hablar de la montaña de emociones que supone estar a las puertas de la jubilación y, una vez dentro, el caos mental que puede originar no haber planificado esta etapa con anterioridad.

Con 'No te pares ahora, actívate. Cómo ocupar tu tiempo libre' Agirre desgranó lo positivo, pero también aquellos rasgos negativos de alcanzar este periodo vital. «El hecho de jubilarse supone una encrucijada importante», remarcó.

Viajar, hacer deporte, descansar... «Se idealiza el momento de la jubilación, se sueña con 'romper el reloj' y pensar que de aquí en adelante voy a ser feliz», reflexionaba Agirre. Pero la realidad, por desgracia, puede no ser así.

SECOT se nutre de voluntarios desde que se creó en 1991, siendo la mayoría jubilados, por lo que saben de lo que hablan. «Hay que llegar a este punto con la idea de querer vivir satisfactoriamente», argumentó. Para ello, desglosó algunos de los aspectos principales ligados a esta cuestión, como es el plano económico-jurídico, esto es, reajustar el presupuesto familiar que no será el mismo de ahora en adelante. En el plano psico-social, las relaciones que se han establecido hasta ese momento pueden cambiar, por ejemplo al dejar de ver a los compañeros de trabajo. En un tercer punto destacó el ambito familiar, sin perder de vista cuestiones de suma importancia como el testamento y la herencia. Por último, advirtió de no dejar de lado la alimentación y el ejercicio físico, todos ellos, resumía, «son aspectos que vamos a tener que valorar».

Las cinco fases

Pero siempre hay luz al final del túnel con la citada planificación que mencionaba al comienzo. Desde que se llega a este periodo, la persona experimentará distintas fases: prejubilación, breve luna de miel, desencanto, reorientación y, al fin, la estabilización.

Buscar estímulos es por tanto vital, con actividades que resulten satisfactorias como el voluntariado. Jubilarse, recordó Agirre, «no es retirarse de la vida», sino buscar tiempo «para uno mismo, para los tuyos y los demás».

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