Martin Baron, el periodismo como misión

Fernando Belzunce

Madrid

Domingo, 16 de marzo 2025, 00:33 | Actualizado 09:29h.

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Martin Baron (Tampa, 1954) cuenta con humor resignado que la película 'Spotlight', ganadora del Oscar, le ha dejado para siempre la imagen de un hombre serio, frío e imperturbable, obsesionado con su trabajo como director al frente del 'Boston Globe' en el contexto de la investigación periodística que destapó los abusos de la Iglesia católica. Pese a ser muy afable en el plano corto, la verdad es que el retrato que le hace el actor Liev Schreiber parece muy fiel. Además de lograr imitar su voz de manera inquietante, presenta en el filme a un periodista solitario y determinado, con principios inquebrantables y una búsqueda de la excelencia que genera en sus equipos una mezcla de hartazgo y admiración.

Un hombre extraordinario por rutina, capaz de volver extraordinarios a otros en circunstancias extremas, primero al frente del 'Miami Herald', después en el 'Globe' y finalmente en el 'Washington Post'. Sus exsubordinados así le reconocen. Como un director infatigable, ejemplar y, aunque puede que poco empático, quizás a su pesar, un buen tipo, absolutamente admirable y necesario. Un faro en estos tiempos de oscuridad que conversará con el director de EL CORREO, José Miguel Santamaría, sobre la situación política internacional y el papel del periodismo en la defensa de las democracias en un acto organizado por este periódico que se celebrará el día 27 a las 19.00 horas en el Museo Guggenheim.

Su libro 'Frente al poder' (Esfera de los Libros) es un manual del buen periodismo. En él cuenta su experiencia al frente del 'Washington Post' durante ocho intensos años, incluyendo la compra de la cabecera por parte de Jeff Bezos y su tortuosa relación con Donald Trump, así como la publicación de los documentos filtrados por Edward Snowden sobre el espionaje masivo a miles de ciudadanos por presunta relación con el terrorismo: «Me preocupaba el riesgo a la seguridad nacional pero pensaba, y también nuestro equipo, que era un interés público. ¿Qué pasaría si permitiéramos la ocultación de ese sistema para siempre?», compartió en una entrevista publicada en este periódico el año pasado.

Su mirada sobre la situación en Estados Unidos tras el regreso de Trump a la Casa Blanca es privilegiada. Aunque quizás llame aún más la atención su visión sobre la amenaza que sufren las democracias en buena parte de las sociedades liberales. Porque la defensa de las libertades ha sido siempre un gran motor para Baron, que empezó a estudiar Periodismo en la Universidad de Legigh en 1976, apenas dos años después de la dimisión de Richard Nixon por la investigación del 'caso Watergate', emblema del periodismo americano. «Tuvo que dimitir debido a las investigaciones del 'Washington Post' y otros medios. Y también debido a la investigación del Congreso. Por eso parecía que tendríamos un nuevo florecimiento de la democracia en nuestro país. En ese ambiente empecé mis estudios de periodista», explicaba en una conversación reciente.

Sus padres querían que fuera abogado, «una profesión más lucrativa», pero él eligió una carrera que le parecía más interesante: «Quería impactar en la sociedad», recordaba el que es sin duda uno de los periodistas más importantes del siglo, ganador de varios premios Pulitzer. Conociendo su enorme capacidad y su forma de ser, uno tiene la sensación de que podría haber triunfado en cualquier disciplina. Emilio García-Ruiz, su adjunto en el 'Post', aún admira la manera en la que se convirtió en el mayor experto en internet, en plena expansión digital de la cabecera, impulsada por el dueño de Amazon. Su fe en la misión periodística le llevó a aprender todos los resortes que ayudaran a ampliar el impacto de sus informaciones.

En unos días visitará Euskadi por primera vez. En Sevilla estudió español durante una breve temporada y viaja a Madrid con cierta frecuencia. Le seduce ahora la idea de conocer el norte de España, influido por un profesor asturiano, motivado por conocer diversos museos y seducido por la excusa de hablar sobre periodismo con periodistas de los que ha oído hablar muy bien.