Los científicos han observado cómo la crisis climática se está generalizando en todos los lugares del planeta, en donde los efectos de la climatología extrema se están extendiendo de manera rápida e intensa. Esto es lo que indica el último informe del Panel Intergubernamental sobre ... el Cambio Climático (IPCC) elaborado por expertos de la ONU.
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Este informe de Naciones Unidas sobre el cambio climático asegura que algunos de sus efectos en el planeta son ya «irreversibles» y afectarán a las siguientes generaciones durante siglos. Es una de las principales conclusiones de un estudio duro y seco como la sequía que castiga estos días California. Sobre todo, porque atribuye la principal causa a la acción del ser humano e introduce un cambio de sensibilidad, ya que, para los expertos, el calentamiento global es ya un hecho tangible que no admite ni excusas ni debates ideológicos.
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Iñigo Gurruchaga
El documento, que fulmina al negacionismo y considera como algo «inequívoco» que la humanidad «ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra», desprende que el cambio climático responsabiliza a la humanidad del calentamiento y el aumento de fenómenos extremos. Muchas de las alteraciones observadas en el sistema climático no tienen precedentes en cientos o, incluso, miles de años, y algunas de las modificaciones -provocadas por las emisiones de gases de efecto invernadero-, como la subida del nivel del mar, serán irreversibles durante miles de años.
Según la ONU, se ha pasado de los datos con los que hace ocho años se podía predecir el cambio climático a los hechos, sustanciados en los cada vez más frecuentes e intensos episodios de calor extremo e inundaciones. Como epílogo, Naciones Unidas urge a corregir la tendencia porquee si no dentro de tres décadas el escenario que afrontará la Humanidad será desconocido, pero tendente al apocalipsis.
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El IPCC ha trabajado en este informe desde 2013 y, paradójicamente, su resultado se hace público en medio de una crisis meteorológica inédita en Europa, Norteamérica y Asia.
Las catástrofes que se suceden desde hace apenas dos meses, con una cadena de olas de calor, sequías, incendios, lluvias torrenciales e inundaciones –especialmente en una franja del hemisferio norte que no debería soportar temperaturas tan elevadas ni diluvios tan persistentes–, mantienen en alerta a los científicos. Más de 2.000 personas han fallecido desde junio por estos desastres, la peor y más rápida cadena de fenómenos extremos en décadas. Muchos consideran que es la prueba de que el calentamiento global ha acelerado los procesos adversos que hasta ahora se pronosticaban a más largo plazo.
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El estudio de Naciones Unidas avala esta impresión. Es extraordinariamente severo con los gobiernos y con la sociedad, algo que los especialistas más cercanos a esta agencia ya daban por hecho, convencidos de que el mundo está cruzando una línea roja definitiva. El IPCC considera un hecho «inequívoco» y real el cambio climático y no deja margen a la discusión. También afirma que, pese a las medidas que los gobiernos se han comprometido a tomar, el calentamiento seguirá en aumento hasta mediados de siglo por su propia inercia.
Así de grave es la concentración de gases en la atmósfera que impiden enfriar el planeta. El dióxido de carbono está en el nivel más alto de los dos últimos millones de años, mientras la concentración de metano y óxido nitroso llega a su mayor grado en 800.000 años. El resultado de todo esto, unido a otros efectos contaminantes y prácticas como la deforestación intensiva y la contaminación de los océanos, es que el planeta ha subido 1,1 grados respecto a la era previa a la revolución industrial y, lo que es peor, camina a pasos agigantados hacia límites donde será difícil predecir el futuro de la Tierra.
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En principio, el Acuerdo de París de 2015, la última minicumbre de hace un par de meses y la futura cumbre de Glasgow mantienen su empeño en que el calentamiento no supere los 1,5 grados hacia 2050. Sin embargo, el panel de la ONU subraya desde este momento que ese objetivo no se cumplirá en las actuales condiciones e insta a los gobiernos a hacer esfuerzos extraordinarios para reducir la emisión de gases. Es una reprimenda, sí, pero esta vez basada en hechos fehacientes, no en modelos predictivos. De continuar incrementándose el efecto invernadero, la Tierra llegará en la última mitad de siglo a un aumento de 4,4 grados. Los episodios extremos de calor y lluvia, con las consiguientes oleadas de incendios e inundaciones, se multiplicarán sustancialmente, «a menos que se produzcan reducciones profundas en las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas». Como ejemplo un futuro inédito, la última vez que el planeta se calentó más de 2,5 grados fue hace tres millones de años.
«El cambio climático inducido por el hombre ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo. La evidencia de los cambios observados en extremos como olas de calor, fuertes precipitaciones, sequías y ciclones tropicales, y, en particular, su atribución a la influencia humana se ha fortalecido» en los últimos ocho años, destacan los expertos en referencia a su publicación de 2013, más laxa que la actual.
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La fecha del cambio puede fijarse hacia 1950. A partir de ahí, las olas de calor se han acentuado, mientras temporadas las frías han disminuido tanto en periodicidad como en intensidad. Bastan dos ejemplos de este mismo mes para demostrarlo: Canadá ha tenido un promedio de 45 grados en regiones que deberían encontrarse en 25 en esta época del año. Unas horas antes de que el IPCC divulgara su informe, las autoridades rusas han anunciado también que los incendios han devorado 1,3 millones de hectáreas en Siberia, la región más fría del planeta. El calentamiento, unido al efecto térmico de las cenizas y el humo, devora a grandes pasos el permafrost subártico. Y todo ello solo puede empeorar en las próximas tres décadas, incluso aunque las naciones echen mano del freno de emergencia.
«Este informe debe poner fin al carbón y a las energías fósiles antes que destruyan nuestro planeta», ha dicho el secretario general de la ONU Antonio Guterres en un comunicado tras difundirse este estudio que alerta de una aceleración del calentamiento global con consecuencias «sin precedentes» para la humanidad.
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El dirigente también reclamó que no se construyan más centrales de carbón a partir de 2021 y poner coto a nuevas exploraciones y a la producción de energías fósiles, trasladando sus subvenciones a las energías renovables.
El informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que el umbral de +1,5 ºC de calentamiento global respecto a la era preindustrial se alcanzará en 2030, diez años antes de lo previsto, lo que conllevará eventos climáticos extremos «sin precedentes». Es «una alerta roja para la humanidad», ha dicho Guterres.
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«Las sirenas de alarma son ensordecedoras: las emisiones de gases de efecto invernadero creadas por las energías fósiles y la desforestación están asfixiando nuestro planeta», añadió. El secretario general también pidió a los dirigentes mundiales que la cumbre del clima COP26 de noviembre en Glasgow (Reino Unido) sea un «éxito» para conducir a una reducción de la emisión de gases.
«Si unimos nuestras fuerzas ahora, podemos evitar la catástrofe climática. Pero como el informe de hoy dice claramente, no hay tiempo para esperar, ni lugar para excusas».
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