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Javier peñalba
Jueves, 11 de abril 2019, 00:27
Víctor Valencia (Siete Iglesias de Trabancos-Valladolid, 1955) es químico, investigador de Azti y experto en contaminación marina. Ayer ofreció en la UPV/EHU una conferencia sobre los vertidos de hidrocarburos en el mar. Mañana se cumple un mes del hundimiento en aguas del Cantábrico ... del mercante 'Grande America'. El experto cree que los restos de la marea contaminante que permanece a merced de los vientos y las corrientes terminará por impactar en la costa, aunque estima que lo hará de forma moderada.
– Tras el vertido de fuel del 'Grande America' y teniendo en cuenta el material tóxico que permanece aún a bordo del barco, ¿cree que el estado de salud de las aguas del Cantábrico es delicado?
– No podemos minimizar ningún vertido accidental como el que ha ocurrido. No podemos decir que no pasa nada y pensar que los restos se irán diluyendo. Cuando suceden estas cosas hay que ponerse en guardia y desplegar los medios de los que se disponen para disminuir el impacto. Las formas más clásicas y directas pasan por reducir el tamaño de la fuente, recoger cuanto antes todo lo que se pueda y aminorar también el tiempo de exposición. De hecho, en el caso de este mercante se han tomado medidas que están siendo efectivas. Parte del fuel recogido se ha descargado esta semana en Bilbao.
– ¿Debemos preocuparnos más por el fuel que flota a la deriva o por los productos tóxicos que almacena el pecio?
– La acción más directa es la que se puede llevar a cabo sobre el fuel. Respecto a lo que hay en el fondo, no tengo una información muy precisa de los materiales, de los tipos de contenedores ni tampoco de su calidad. Independientemente de que se mantengan las alertas, la capacidad de actuación sobre lo que permanece bajo el agua es mucho más reducida.
– De todo el material que transportaba el buque, ¿hay alguno que le preocupe especialmente?
– En general, todas las sustancias químicas son, por definición, peligrosas, bien porque aportan una concentración excesiva en una zona puntual, lo que genéricamente se conoce por contaminación;o porque pueden causar unos efectos negativos en los ecosistemas.
– ¿Qué se puede hace con el material que permanece todavía a 4.000 metros. ¿La profundidad es insalvable?
– Si el batiscafo bajó a 20.000 metros, 4.600 no son insalvables, pero no sé si la relación coste-beneficio les merece la pena.
– ¿Cuánto podrán aguantar los contenedores bajo al agua sin dejar escapar los productos tóxicos que almacenan?
– Dependerá de la tipología de los materiales, del tiempo de actuación... son procesos complejos. Todas las zonas de un naufragio se convierten en focos potenciales de emisión material a la columna de agua. Tampoco todos los materiales van a empezar a liberarse a la vez. Irán pasando al agua, pero con una dinámica mucho más lenta.
– ¿Cree que el fuel terminará por impactar en la costa?
– Siempre hay un riesgo. Las condiciones meteorológicas desde que se produjo el naufragio han ido cambiando. Todo lo que está en la superficie está sometido al sistema de vientos y corrientes. Por lo tanto, puede llegar un momento en el que, quizás no las grandes mantas, sobre las que se pueden actuar directamente, pero sí algunas otras manchas residuales pueden llegar a la costa vasca. Con el 'Prestige', primero nos vimos afectados por aquellas grandes acumulaciones, luego las galletas y al final, las monedas.
– ¿En qué zona de la costa se podría producir el impacto del fuel?
– No hay una zona totalmente exenta de riesgo. En el vertido del 'Erika', en 1999, el impacto se produjo casi en su totalidad en la costa francesa mientras que prácticamente no tuvo repercusión en la cornisa cantábrica. En el 'Grande America' decían que las manchas derivaban más hacia la parte de Asturias... Pero dejemos hablar al viento y que los vigilantes del vertido hagan su trabajo. El riesgo no es nulo pero posiblemente, gracias a los medios anticontaminación que hay, el grado del impacto podrá ser controlado y moderado.
– ¿Se sabe qué cantidades se ha conseguido recuperar?
– Se conoce que en Bilbao se han descargado unas 330 toneladas, pero poco más. Las toneladas de fuel recogidas en el mar siempre tienen un factor relativamente bajo en comparación con los residuos que se generan cuando llegan a tierra. Es decir, el problema se acrecienta cuando los vertidos llegan a la costa. En el caso del 'Erika', cada tonelada de fuel provocó cuatro de residuos.
– ¿Qué efectos puede sufrir el ecosistema de la zona?
– Nos podría llevar a un tipo de contaminación crónica. No de efecto agudo inmediato, sino a muy largo plazo. Todo dependerá de la tasa a la que se vayan liberando.
– ¿Euskadi se halla en una zona expuesta a este tipo de siniestros?
– Los ejes del Estrecho, costa este de la Península Ibérica y el tramo de Finisterre a Brest son los que concentran el mayor tráfico del mundo, con una densidad muy importante y, además de todo tipo de barcos y mercancías, entre ellos el petróleo.
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