Los impulsores de la ley calculan que más de 200 vascos pedirán la eutanasia el primer año

La estimación con la que trabaja DMD Euskadi es una cálculo prudente basado en la demanda registrada en los otros cuatro países que cuentan con leyes al respecto en vigor, que son Países Bajos (2001), Bélgica (2002), Luxemburgo (2008) y Canadá (2016). La eutanasia desencadena el fallecimiento del 4,2% de la población de Países Bajos, el 2,4% de la belga y el 2% de la canadiense. DMD Euskadi estima que, «al principio», entre un 1% y un 2% de las personas que fallezcan se acogerán a este servicio, según calculó la presidenta de la asociación, Concha Castells.

En los últimos ejercicios vienen muriendo en el País Vasco unas 22.000 personas al año, que en 2020, como consecuencia de la pandemia de coronavirus, se elevaron a 24.000. «Siendo cautos, podemos prever que se tramitarán entre 200 y 400 peticiones al año», estimó Castells.

Las primeras demandas de asistencia se espera que se produzcan hoy mismo. Hay afectados que estaban aguardando este momento desde hace tiempo. De hecho, algunos médicos de cabecera tienen preparada desde hace días la documentación necesaria para tramitar la solicitud de sus pacientes en cuanto sea posible.

La mayoría de los solicitantes, en torno al 75%, serán enfermos oncológicos en la última fase del proceso, que es lo que está ocurriendo en los países donde está implantada. Afectados con varias patologías crónicas a un mismo tiempo -de tipo respiratorio y diabetes, por ejemplo- conformarán el segundo gran bloque de solicitantes. A todos ellos se sumarán previsiblemente tetrapléjicos, afectados de Esclerosis Lateral Amiotrófica y, muy posiblemente pacientes de esclerosis múltiple de largo recorrido.

«Es lo que ha ocurrido en otros países y esperamos que aquí suceda algo parecido», consideró la portavoz de la agrupación. «Es una pena que determinados colectivos, como pacientes con problemas graves de salud mental, hayan quedado fuera de la regulación, porque se hubiera evitado mucho sufrimiento», afirmó.

El Departamento de Salud difundió ayer un comunicado en el que asegura que se han realizado ya todas las actuaciones establecidas por la ley para «poder ofrecer esta nueva prestación con total garantía». El proceso de formación de la plantilla ha comenzado esta misma semana vía telemática con un pequeño grupo de profesionales; y todavía no ha finalizado. La idea es que los primeros sanitarios adiestrados formen con posterioridad a sus compañeros de la organización sanitaria (OSI) a la que pertenezcan.

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, consideró ayer que con este servicio, Osakidetza «da un paso más para evitar dolor y sufrimiento para quienes así lo decidan». La titular de la consejería dijo, además, que la eutanasia «es un derecho, no una obligación» y defendió la ley que lo ampara por ser muy «garantista en sus procedimientos tanto para quienes aspiran a la muerte asistida como pa ra los profesionales que por motivos de conciencia objetan a la realización de estas prácticas».