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anje ribera
Sábado, 24 de noviembre 2018, 00:30
La premisa de que el presentador tiene que pasar desapercibido no puede ser aplicable a la figura de Julian Iantzi. El comunicador (Woodland, 1967) se erige en personaje con personalidad propia en cada uno de los programas de televisión en los que participa. La última ... dosis de popularidad se la ha aportado 'El conquistador del fin del mundo'. Ese carisma lo extiende al fomento del euskera durante el desarrollo de Euskaraldia. Su lema personal es que nuestro idioma debe trasladarse «de la cabeza a la lengua y dejar que fluya».
- ¿Qué hace un estadounidense en el mundo del euskera?
- Soy navarro, aunque nací en California. Tengo más apellidos vascos que la película. Mis aitas son los dos de Lesaka, pero tuvieron que emigrar porque mi padre era pastor, de ovejas, no predicador.
- Tiene más acento euskaldun que yanqui.
- Es que el primer idioma que aprendí en el rancho fue el euskera. En aquella región todos éramos navarros, la mayoría de Lesaka. Mi casa fue el punto de reunión de todos. No aprendí inglés hasta que acudí al colegio. Me crié en un entorno totalmente euskaldun pese a estar viviendo a miles de kilómetros. Siempre se mantenían la cultura y el espíritu vascos.
- Sería difícil en la distancia.
- Qué va. Mi padre era un enamorado del bertsolarismo, era bertsolari. Y además nosotros somos familia de Pepito Iantzi (Yanci), el acordeonista de Los Xei, y de Paulo Yanzi, que fue campeón navarro de bertsolaris en tiempos de la República y al que casi le mandan al paredón por defender el euskera. Recuerdo una infancia muy en torno a eso, al ambiente del bertsolarismo, a las canciones vascas y al acordeón.
- Quizá más de la que podíamos gozar aquí por aquellos años.
-Lo pude comprobar cuando volví a Lesaka con 8 años, justo antes del fin del franquismo. Vi que ya no se hablaba euskera y yo sólo sabía inglés y euskera. Ni idea de castellano.
-¿Y...?
- Lo pasé muy mal. Tenía serios problemas de comunicación con la gente de mi edad. La lengua vasca estaba en peor estado que cuando se fueron mis padres. Volvía a casa y no podía hablar mi lengua.
- ¿Era más vasco al otro lado del Atlántico que en Lesaka?
- Allí por luchar por tu cultura no te pasaba nada. Aquí todo lo que fuera defender la vasquidad estaba complicado.
- Pero a su edad no tendría problemas digamos 'políticos'.
- El problema fue el colegio. En la escuela nacional de la época no me enteraba de nada y todavía no había ikastolas. Las profesoras eran de las de 'la letra con sangre entra' y me pasaba la clase contra la pared con libros en los brazos, haciéndome burla. A un pobre chaval que no se entera de nada porque no domina el idioma en vez de ayudarle le tenían castigado. Fue bastante traumático porque me hicieron repetir el curso.
- ¿Cómo combatió esa carencia?
- Fueron mis padres. La familia tuvo que hacer una inmersión 200% en castellano y en mi casa se dejó de hablar en euskera para que yo aprendiera. Fue duro para mis aitas. Ya antes les fue complicado abandonar un país totalmente desarrollado para retroceder, pero pudo más la herrimiña, la añoranza de la tierra y de la familia.
- Por supuesto aprendió castellano con facilidad.
- Pero perdí el euskera. En el tema de los idiomas es muy importante la costumbre, en cómo te relacionas. Idioma que no pasa por la boca poco a poco va desapareciendo de la cabeza. Tal fue así que el euskera y el inglés los olvidé.
- Pero lo ha recuperado.
- Afortunadamente con cierta edad me di cuenta de que estaba necesitado del euskera, porque entendía pero a la hora de hablar tenía muchos problemas. Dije 'esto no puede ser' y me apunté al euskaltegi. Luego me vino muy bien porque tuve la suerte de que me salió trabajo en televisión en euskera. Me queda la espina clavada de haber perdido el inglés, porque no tengo tiempo para recuperarlo.
- Por lo tanto, estaba obligado a apuntarse a Euskaraldia.
- Esta campaña me parece ideal porque no se obliga a nadie. Muchas veces al intentar fomentar el euskera igual hemos tenido demasiada prisa, hemos sido demasiado intensos en ese aspecto. Cuando alguien no lo vive como tú tal vez puede producir algo de rechazo. La idea de 'belarriprest' o 'ahobizi' son geniales porque hay mucha gente que quiere que les hables y hablar, pero no se atreve por miedo o vergüenza. Todo lo que sea potenciar el uso es genial. Lo importante es hablar y escuchar, y de esta manera sí se potencia que la comunicación fluya y que el euskera tenga más presencia en la calle. Eso es fundamental.
Ahobizi. Kalifornian jaiotako aurkezle lesakarrak euskara, frantsesa eta gaztelania primeran dakizki. Ingelesa, ordea, ahaztuta dauka. Batzuetan, «no cojas daño» bezalako euskarakadak botatzen ditu, eta, harrigarria dirudien arren, Euskal Herriko toki askotan baino euskara gehiago hitz egiten zuen Estatu Batuetan. Orain, Euskaraldia ospatzen ari dela aprobetxatuz, euskaraz egiten die ulertzen duten guztiei, ahobizi baita.
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