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En breve se desvedará la caza del corzo a rececho. Una modalidad que atrae con gran interés a los cazadores vascos, motivo por el que ... algunos se acompañan de un perro de rastro, normalmente un teckel, capaz de seguir un rastro de sangre atado y soltarlo únicamente cuando esté a la vista el corzo herido. Es importantísimo que estos perros aprendan a estar quietos frente al cazador hasta el momento en que se les ordene seguir el rastro. Si el perro lo toma con interés, se le animará a media voz usando una determinada palabra y dejándole avanzar. Una vez que el animal se pare y haga frente al perro, este latirá a parado, lo que es fácil de distinguir ya que siempre late en el mismo lugar. Es el momento en el que el cazador debe acudir en ayuda del perro con precaución, a poder ser por la parte de arriba, máxime si se trata de un jabalí o bien de los lobos que han detectado al perro para comérselo en un pispás.

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elcorreo Entre el corzo y el lobo