Mala señal cuando acudimos a los meteorólogos, pero con alguien hay que desahogarse. ¿Por qué tanta lluvia? ¿Va a llegar ya el sol para quedarse? ¿Habrá verano? Nos urge dar respuesta a semejantes inquietudes después de un invierno malo y una mala primavera, que decía ... Fito. José Antonio Aranda, responsable meteorológico de Euskalmet, muestra habilidad para echar leña al fuego con datos que justifican nuestro cabreo y al mismo tiempo ayudarnos a relativizar las malas sensaciones pensando en ciclos más largos de tiempo.
- ¿Tenemos razones para quejarnos o somos unos exagerados?
- Por supuesto que hay motivos objetivos para que la gente esté harta y tenga ganas de un cambio en el tiempo. Noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo... son ya muchos meses húmedos o muy húmedos. 110 días de lluvia en lo que va de año son muchos.
- ¿No hacía falta agua?
- La verdad es que las primeras lluvias vinieron muy bien porque partíamos de una situación seca, pero ha caído una cantidad ingente de lluvia, se ha vertido muchísimo a los ríos y ha habido pocos problemas para lo que podía haber pasado.
- Se han visto más chaquetas que mangas cortas en primavera...
- Pero en el capítulo de temperaturas ha habido más altibajos. Tenemos sensación de frío pero ha habido semanas bonitas. Mayo sí ha sido llamativo porque ha sido el más frío de los últimos 15 años quitando el de 2013. La media ha sido de 14-15 grados en el litoral, algo más baja en el interior.
«En un control de calidad de los pronósticos, te das cuenta de que el acierto a tres meses es del 30%»
- ¿Eso es un poco frío o muy frío?
- Si cogemos la media de los meses de mayo entre 1981 y 2010, mayo de este año es solo medio grado más frío. Pero es que los últimos meses de mayo habían sido cálidos porque el de este año es el tercero más frío de este siglo. También se ha podido notar que abril ha sido cálido, con una media de unos 15 grados, por lo que no hemos notado la subida que esperábamos. También influye que la cantidad de horas de sol ha sido baja en la cornisa cantábrica y eso cambia la percepción.
- Vayamos a lo importante. ¿Llega ya la estabilidad y el buen tiempo?
- Eso se puede avanzar en algunas zonas del planeta donde los modelos climáticos pueden dar predicciones casi estadísticas a largo plazo, pero no funciona aquí. En Euskadi, pequeños cambios en una misma situación meteorológica pueden cambiar mucho el tiempo. Si de un contexto de viento oeste hay una mínima entrada dirección sur, se nota mucho la masa caliente y si hay el mínimo giro a dirección norte, enseguida llega la precipitación y el contexto de nubosidad cambia.
- Entonces no hay pronóstico para verano...
- Cuando haces un control de calidad de pronósticos, te das cuenta de que el nivel de acierto a tres meses vista es del 30%. ¿Cómo vamos a adelantar nada así? Nos pueden tildar de no tener ni idea. La técnica no nos permite hoy dar una previsión para los próximos tres meses.
- ¿Nada de nada?
- Nada más que generalidades. Que si se espera un mes más húmedo de lo normal, que si llega un ciclo más frío de lo normal... y aún así con una probabilidad de acierto del 30%.
- La pregunta del millón. ¿Por qué ha hecho este tiempo?
- La verdad es que todos los años tenemos sistemas parecidos de borrascas y tormentas por estas fechas. Lo que es anormal es que desde mediados de mayo cada cuatro días ha habido una entrada de aire frío.
- ¿Tiene alguna explicación?
- El anticiclón de las Azores está bastante debilitado. El reparto de anticiclones normal no está siendo tan normal. Hay un anticiclón ahí metido fuerte en Europa del norte. Por eso tienen buen tiempo allí. A nosotros nos están tocando constantes entradas de aire frío del noroeste que están generando inestabilidad. Eso está pasando. Luego hay teorías. Algunos dirán que es debido a que el Ártico ha estado muy caliente.
- ¿Y usted?
- Yo creo que la atmósfera se comporta de forma muy aleatoria. Unas veces toca una cosa y otras, otra. Y la mayoría de las veces toca lo que debe tocar. El tiempo dirá si los patrones de las últimas semanas son frecuentes o no durante las próximas décadas y entonces podremos hablar de cambio climático o de lo que fuera. Pero no porque hayamos pasado un mes de tiempo inestable.
- Cuando el tiempo es noticia, ¿tienen ustedes más trabajo?
- Lo que nos mueve a nosotros sobre todo es lo que puede generar problemáticas para la sociedad. Estamos orientados al impacto. Ponemos toda la carne en el asador para minimizar daños. Este invierno se han dado muchas situaciones problemáticas que nos han dado un trabajo impresionante.
- ¿Podría traducirlo en datos?
- Entre enero y marzo decretamos 130 avisos amarillos y 12 alertas naranjas. En los tres primeros meses del año hubo 24 avisos amarillos por impacto en la costa, 31 avisos amarillos por nevadas y 11 por riesgo de lluvias persistentes. Eso en invierno, pero es que solo en mayo hemos activado siete avisos amarillos por precipitaciones intensas.
- Lo último son las tormentas...
- Debería ser una época tranquila pero llevamos 12 avisos por tormentas en el último mes. Además, las tormentas exigen un seguimiento minuto a minuto y supone presión para los meteorólogos. Las tormentas son ciclos muy rápidos. Generan estrés.
- ¿Se han sentido criticados por no prever con suficiente antelación algún fenómeno meteorológico como las nevadas de inicios de año?
- Suele ser difícil que a los meteorólogos nos pillen sorprendidos, pero no imposible. Ha habido casos y los va a haber porque la meteorología trabaja con índices ajustados a probabilidad. Decimos qué es lo más probable que ocurra.
- ¿Quiere decir que asumen sus riesgos a la hora de elaborar los pronósticos?
- Pondré un ejemplo. Imagínate que sabemos que de cien veces que se ha dado una determinada situación meteorológica, en setenta ocasiones ha habido tormentas, y lo más habitual ha sido que hayan caído 10 litros por metro. Pero también tenemos datos de que a veces ha caído cero de precipitación. Y alguna otra vez, hasta 100 litros. Al hacer el pronóstico, tenemos dos opciones: anunciar tormentas que podrían ser de unos 10 litros o decir que puede o no haber tormentas y que pueden caer entre 0 y 100 litros. Claro, con esta segunda opción, nos pueden decir, ¡tú de qué vas!
«Entre enero y marzo activamos 130 avisos amarillos y 12 naranjas por nieve, lluvia u olas»
- O sea, que se mojan.
- Intentamos acertar con la predicción y si no lo hacemos del todo tratamos de enmendarlo con dos elementos: la vigilancia y la comunicación. Hacemos un seguimiento intenso con 120 estaciones por toda Euskadi y si vemos algo importante avisamos inmediatamente a SOS Deiak y en nuestro Twitter.
- Tendrán muchos seguidores...
- Sí, llegamos ya a 109.500. Y tengo que decir que la gente nos aporta mucho. Además de nuestras pantallas, tenemos los ojos de la gente como fuente de conocimiento. Es una manera de hacer país entre todos.
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