Incertidumbre, fragilidad y esperanza marcan las previsiones económicas para 2021

Unas previsiones que tanto para CaixaBank como para Laboral Kutxa empeoran de cara al cierre de este ejercicio por el impacto que sobre todo en el sector servicios está teniendo la segunda ola de la pandemia, aunque muy inferior al sufrido durante la primera, y también se rebajan en cuanto a la recuperación esperada para 2021. Así, Aspach señaló que en sus nuevas previsiones ya revisadas para España estimaban una caída del 11,4% del PIB por efecto de un nuevo retroceso del 2,5% en este cuarto trimestre del año, mientras que para 2021 calculaban un rebote del 6%.

Por su parte, Madariaga, que indicó que su servicio de estudios aún se encuentra elaborando sus previsiones de cara al cierre del año, que harán públicas dentro de unas tres semanas, se remitió a las ya dadas a conocer en julio pasado según las cuales el PIB vasco caería un 8,9% en 2020 para recuperar un 7% en 2021. No obstante, sí avanzó que estas cifras serán corregidas a la baja y que la caída para este año rondaría finalmente el 10% o 10,5% y el repunte para el próximo podría ser algo menor que ese 7%.

Aspachs centró su intervención en el impacto que la pandemia está teniendo en el panorama global y las perspectivas a nivel mundial -destacó la recuperación en 'V' de China, la lenta salida de los emergentes y las expectativas que se abren en EE UU con la presidencia de Biden-, así como en España. En este ámbito nacional insistió en la «incertidumbre y la fragilidad», pero también en la «esperanza relacionada con los avances médicos, en la vacuna, que permitan una notable recuperación de la actividad» que, a su juicio, podría darse «a partir del segundo y tercer trimestre del próximo año, cuando se hayan vacunado los grupos de riesgo y se puedan realizar test rápidos masivos». Una recuperación que incluso para el sector turístico señaló que tenía la «relativa esperanza» de que podría comenzar a verse ya desde el primer trimestre. Asimismo, confió en que el plan europeo de recuperación apoyará el relanzamiento de la economía española, aunque matizó «si se hace bien», puesto que «dependerá mucho de la capacidad de la Administración pública de modernizarse y ser más eficiente», afirmó.

Joseba Madariaga, que en sus intervenciones se encargó de los ámbitos europeo y vasco, coincidió con Aspachs en que la llegada de los fondos supone «nuestra gran esperanza», pero también «un reto monumental. Hay que acertar en los proyectos para modernizar nuestra economía y hay que formar a la gente que va a ir al paro» para que sea recolocable, porque «habrá una parte del tejido productivo que se destruirá pero otra parte se creará». En este sentido, el responsable del servicio de estudios de Laboral Kutxa recordó que a cierre del tercer trimestre el mercado laboral vasco tenía 15.000 afiliados menos y 20.000 parados registrados más que ha principio de año, «y esperamos aún cierto deterioro por la medidas tomadas en este último trimestre». No obstante, se mostró convencido de que en Euskadi, a pesar del pequeño tamaño medio de sus empresas, «vamos a tener músculo para la recuperación».

La jornada ha concluido con un coloquio entre los dos intervinientes que ha sido moderado por Jon Barrutia, decano de la facultad de Economía y Empresa de la UPV, quien ha modo de epílogo ha cerrado el encuentro con una frase del filósofo alemán Immanuel Kant referida a que «la inteligencia de un hombre está proporcionalmente ligada al grado de incertidumbre que es capaz de soportar».