Jordan Chiles rompe su silencio tras la polémica retirada del bronce olímpico: «Es muy injusto»

La gimnasta estadounidense Jordan Chiles ha roto su silencio tras la polémica retirada del bronce que logró en la prueba de suelo en los Juegos Olímpicos de París. Chiles se subió al podio junto a su compatriota Simone Biles, que se llevó la plata y Rebeca Andrade, la brasileña que logró la mejor puntuación y, por lo tanto, la presea de oro. En ese momento, radiante de felicidad, no podía imaginarse lo que sucedería cinco días después.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) hizo que la gimnasta perdiese su medalla y esta pasase a manos de la rumana Ana Barbosu. Así, tras unos días alejada de las redes, Chiles ha lanzado un comunicado después de conocerse que el TAS no ha aceptado el recurso de Estados Unidos para reclamar su medalla. «No tengo palabras. Esa decisión es muy injusta y es un golpe importante no solo para mí, sino para todos los que me han acompañado en este viaje«, expresa y tacha de »descorazonadores« los ataques racistas que ha recibido. »He dedicado mi corazón y mi alma a este deporte y estoy orgullosa de representar mi cultura y a mi país».

No todo ha sido negativo. Reconoce que se ha visto «sobrepasada por el amor» que ha recibido estos días. También agradece el «inquebrantable apoyo» de su familia, sus compañeras, entrenadoras, la USAG (la Federación de Gimnasia de Estados Unidos) y el USOPC (el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos).

Cuenta que escuchó la fatal noticia en el momento en el que celebraba su éxito olímpico. Así, confiaba en la apelación, «que presentaba pruebas concluyentes de que mi puntuación seguía todas las reglas, pero ese recurso no tuvo éxito», lamenta.

Por último Chiles afirma que afronta uno de los muchos momentos duros de su carrera pero que espera que se haga justicia para recuperar ese bronce olímpico. «Creo que, al final de este viaje, las personas que tienen el control harán lo correcto», concluye.

El motivo que se esconde detrás de la polémica retirada de la medalla, es una reclamación fuera de plazo, concretamente, cuatro segundos. Todo surgió cuando la rumana Barbosu, tras su ejercicio, obtuvo una puntuación de 13.700. Esto la colocaba, provisionalmente, en el tercer puesto. Pero ahora le tocaba el turno a Chiles, que debía superar esa marca para ingresar en el podio. Lo que logró fue una puntuación de 13.666, lo que la colocaba en quinto lugar. No obstante, su entrenadora, Cecile Landy, se quejó a los jueces sobre el grado de dificultad del ejercicio de su pupila, que inicialmente fue de 5.800. Esta reclamación fue aceptada y la cifra subió a 5.900, lo cual elevó su puntuación total para llegar a la tercera plaza, con 13.766.

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