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Un hombre lleva dos semanas ingresado en Cruces en estado grave tras comer una seta tóxica

El varón, de mediana edad y sin conocimientos de micología, continúa ingresado en la UCI tras ingerir una 'Amanita Phalloides' que le produjo un fallo hepático

AITOR ANSA

Miércoles, 9 de noviembre 2022, 19:45

Un hombre intoxicado por la ingesta de una seta continúa ingresado en estado grave en la UCI del hospital de Cruces. El paciente, un guipuzcoano de mediana edad y sin conocimientos previos de micología, fue ingresado a mediados de octubre en la Unidad de Cuidados ... Intensivos del Hospital Universitario Donostia y posteriormente trasladado al centro sanitario vizcaíno, donde actualmente permanece recuperándose de las graves secuelas tras haber consumido un ejemplar de hongo tóxico.

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Se trata de una intoxicación por 'Amanita Phalloides', conocida popularmente como la cicuta verde, una seta termófila, que crece preferentemente en bosques abiertos como hayedos y robledales, y que es la responsable de la mayoría de los envenenamientos graves que se producen por consumo de hongos en Euskadi. Según ha podido saber este periódico, el paciente, que acudió a las Urgencias del centro donostiarra, había desarrollado una hepatotoxicidad «muy grave» (un fallo hepático total) y precisó ser trasladado hace dos semanas «por su situación de extrema gravedad» al complejo vizcaíno, centro de referencia vasco en trasplantes de hígado.

Aunque en un principio el hombre iba a ser sometido a una cirugía hepática, en el Hospital de Cruces decidieron finalmente descartarlo como candidato al trasplante debido al delicado estado de salud con el que había sido ingresado. Su evolución estos últimos días ha sido favorable, aunque su estado aún reviste gravedad. El hígado es el único órgano visceral que posee la capacidad de regenerarse, reemplazando el tejido hepático perdido por el crecimiento del tejido restante.

En Gipuzkoa, este, sin embargo, no es el único caso de intoxicación por setas que se ha contabilizado esta temporada. El Hospital Donostia ha tenido que atender durante las últimas semanas a otro paciente tras haber ingerido hongos venenosos, aunque el hombre presentó un cuadro leve y fue dado de alta inmediatamente. Fuentes hospitalarias reconocen que las intoxicaciones «han sido menos frecuentes» este año debido a las condiciones meteorológicas del otoño, más seco y cálido que de costumbre, lo que ha repercutido en que las cosechas micológicas hayan sido menores también.

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En cualquier caso, el centro guipuzcoano atiende habitualmente entre 3 y 7 pacientes al año que han consumido setas venenosas y presentan algún tipo de intoxicación, de los cuales «un 40% son potencialmente graves». A pesar de ello, y aunque las cifras varían cada año, las urgencias sanitarias no prevén un aluvión de casos durante las últimas semanas de la temporada.

Ante la duda, a Urgencias

Una de las últimas situaciones más críticas por ingesta de setas en Gipuzkoa se produjo en 2009. El episodio estuvo a punto de causar una muerte. Un joven nicaragüense residente en Zarautz salvó la vida de milagro tras comer una seta mortal que recogió en Pagoeta. En aquella ocasión, el paciente sí fue sometido a un trasplante de hígado. Según las investigaciones realizadas en su momento, todo pareció indicar que el ejemplar causante de la intoxicación fue una 'Amanita verna', también conocida como Cicuta Blanca, una especie mortal, aunque también poco habitual en Pagoeta.

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En cualquier caso, los expertos señalan que ante una situación de sospecha por intoxicación lo primero que hay que hacer es acudir a un centro de urgencias, ya que los servicios médicos actuarán en función de lo que se denomina latencia corta o larga; es decir, período de revelación de síntomas, especialmente náuseas, dolor abdominal y derivados. En todos los casos conviene guardar un trozo de la seta ingerida, haya sido cocinada o no, porque servirá a los facultativos para identificarla y poder determinar el tratamiento adecuado.

En Cruces descartaron someterle a un trasplante de hígado por su estado de salud, que continúa siendo crítico

¿Pero cómo se sabe si la intoxicación es importante o no? La clave está en el momento de aparición de los síntomas. En los casos menos graves se revelan en menos de seis horas y producen cuadros gastroenterísticos banales o, cuando menos, de repercusión clínica como vómitos, diarrea o dolor abdominal que no requieren medidas extraordinarias. En los casos graves la afección aparece tras el transcurso de más de seis horas, pudiendo provocar daños hepáticos, con riesgo de trasplante o fallecimiento. La precocidad del tratamiento, por tanto, se torna fundamental.

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La recomendación principal, por tanto, es que ante cualquier atisbo de duda sobre si es tóxico o no, no se consuma ningún ejemplar, porque una seta no comestible puede ser muy parecida a otra que sí lo es. Asegurarse de conocer bien el hongo es el principio básico para evitar posibles envenenamientos, por lo que se debe evitar consumir las recogidas por otras personas, salvo que se tenga absoluta seguridad de que se trata de un experto en la materia. Acudir al asesoramiento de una sociedad micológica puede ser una de las soluciones.

A pesar de que esta temporada la cosecha no ha sido muy abundante para los aficionados a la recolección, el consumo de las setas también debe ser moderado. Estos ejemplares pueden llegar a ser indigestos para el consumidor, ya que si están demasiado maduros pueden provocar problemas digestivos y si son demasiado jóvenes su identificación se vuelve más complicada. La ingesta, asimismo, es más recomendable en la comida que en la cena.

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