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Todos los focos se posaron sobre la presentación del decreto que activa la reforma laboral, pero el último Consejo de Ministros del año también dejó sellado otro acuerdo de calado para la alta velocidad vasca y su conexión con la meseta. El visto bueno al ... estudio informativo y a la declaración de impacto ambiental del AVE Burgos-Vitoria supone un significativo impulso que lleva el proyecto a una nueva etapa tras años de indefinición. Cuatro, para ser exactos.
No es habitual que este tipo de asuntos llegue a la mesa de La Moncloa -se dirimen en los ministerios-, pero las quejas formuladas por cuatro pequeños ayuntamientos burgaleses contra el proyecto -el principal, el de La Puebla de Arganzón- activaron un protocolo de la Ley del Sector Ferroviario que el Gobierno central se ha visto obligado a zanjar al más alto nivel. Tras el preceptivo plazo de consultas, el martes anunció que se da por enterado de las reticencias municipales, pero que sigue adelante con un tramo clave para vertebrar la alta velocidad española y, sobre todo, para dar sentido a la 'Y' vasca. El propio lehendakari lo reconoció la semana pasada en el Foro Expectativas Económicas organizado por este periódico y el Banco Santander al asegurar que, sin las extensiones hacia Francia y Burgos, el del TAV es un trazado «aislado».
El posicionamiento del Consejo de Ministros no es definitivo, pero despeja todas las dudas que pudieran quedar. Porque, tras el aval político, llegará automáticamente el plácet técnico. El Ministerio de Transportes aprobará el estudio informativo y el medioambiental, que tiene sobre la mesa desde diciembre de 2017, durante las próximas semanas, dejando atrás un farragoso proceso administrativo. ¿Y ahora qué? Los siguientes pasos serán redactar el proyecto constructivo e iniciar las obras, proceso al que el Gobierno quiere dar un acelerón. El plan lo necesita, porque en Madrid se sigue aspirando a tener en marcha el trazado Burgos-Vitoria del AVE para 2027. Igual que la 'Y' vasca. Un anhelo, en ambos casos, muy optimista.
Con este plazo muy presente, Transportes pretende licitar la redacción del proyecto constructivo del AVE Burgos-Vitoria durante 2022. A los ingenieros les tocará entonces dar forma definitiva a un recorrido en el que aún quedan por perfilar numerosas aristas. Porque hay hasta diez alternativas diferentes.
En el tramo Burgos-Pancorbo se debe elegir entre cuatro trazados, aunque los técnicos del Gobierno ya han expresado en el estudio informativo su preferencia por dos de ellas, las que 'tiran' la vía más hacia el oeste. El coste de ambas ronda los 580 millones de euros. Mayor será la inversión necesaria para el tramo Pancorbo-Vitoria, debido a la delicada operación que supone meter las vías por el desfiladero burgalés y atravesar los montes Obarenes, un enclave protegido. Hay seis alternativas sobre la mesa, y su presupuesto oscila entre los 853 y los 874 millones. Las fuentes consultadas calculan que las obras podrían arrancar en 2024.
El acuerdo del Consejo de Ministros llega apenas unas semanas después de un primer guiño al proyecto y al PNV, que había vuelto a quejarse por la perenne incertidumbre que rodeaba el enlace con Burgos. El 1 de diciembre, Adif licitó las obras de la alta velocidad entre Vitoria e Iruña de Oca. Son apenas tres kilómetros, pero fundamentales: sirven para conectar la 'Y' vasca con los 91 kilómetros de plataforma que llegarán desde la capital burgalesa.
91kilómetros tendrá el trazado de alta velocidad que unirá Burgos con Vitoria.
2027es el año en que el Ministerio de Transportes quiere tener culminado el recorrido.
1.434millones costará la obra si se ejecutan las alternativas de trazado menos costosas.
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