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Julio César Rico
Lunes, 24 de junio 2024
El arzobispo de Burgos y comisario pontificio y representante legal de los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, Mario Iceta, aseguró este lunes en rueda de prensa que si las clarisas excomulgadas, José Ceacero y Pablo de Rojas no salen del convento burgalés «voluntariamente en ... fechas próximas, los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya lugar». Iceta subrayó que se va a «actuar de modo pacífico», pero insistió en que «si no se avienen a la ley, un juez tendrá que hacer que prevalezca».
El prelado argumentó, durante su comparecencia en Burgos junto a la secretaria de la Federación de Hermanas Clarisas de Aránzazu, la religiosa Carmen Ruiz; el vicario judicial, Donato Miguel Gómez; y el director del Departamento de Asuntos Jurídicos de la Archidiócesis, Rodrigo Saiz, que después de que el pasado sábado se publicaran los decretos de excomunión y la expulsión de la vida consagrada, «no son ya monjas» y no pertenecen a ninguna congregación. Entonces, «¿qué hacen en un monasterio de clausura?», se preguntó. Una situación que también afecta, y «con más motivo», al cura excoctelero José Ceacero y al falso obispo Pablo de Rojas.
Monseñor Iceta no quiso concretar la fecha del ultimátum, y llegó a afirmar que mantiene la «puerta abierta» para que las diez exmonjas reconsideren su posición y vuelvan al seno de la Iglesia. «Rezo un misterio del Rosario por las hermanas y lo seguiré haciendo», señaló.
Pero la realidad es que, además de estas diez exclarisas rebeldes, sigue existiendo una comunidad en Belorado, la de «las ocho monjas que pertenecen al monasterio, es decir, las cinco mayores y otras tres» que están en otros conventos, entre ellas la hermana Amparo, que dejó La Bretonera al saber del cisma. Iceta explicó que las religiosas mayores «siguen siendo una prioridad» y «una preocupación» de la Iglesia y de sus familiares y, como ya se informó el sábado, aseguró que «varias religiosas de tres monasterios» acudirán a cuidarlas y a «asegurar que puedan recibir una asistencia católica
El aspecto económico preocupa también al arzobispo, que reveló que es necesario «inyectar liquidez» al monasterio porque la suma dineraria de las diez cuentas a las que han tenido acceso apenas roza los 6.000 euros, lo que hace «inviable» pagar sueldos, suministros y los gastos ordinarios. En este sentido, indicó que el pasado 2 de junio se requirió la información económica a la exabadesa, Laura García de Viedma, y la respuesta de esta fue llamar a la Guardia Civil para echar a la Comisión Pontificia y denunciar al propio Iceta por abuso de autoridad.
El arzobispo de Burgos informó también de que, además de sor Lucía Caram, un obispo ha intentado mediar con las recluidas en Belorado. Ambos sin éxito. Las exmonjas, ahora laicas y fuera de los sacramentos y de la Iglesia católica, han pedido negociar con Mario Iceta para resolver la cuestión «extrajudicialmente». Pero el prelado se pregunta «¿sobre qué quieren dialogar y negociar?, si es sobre los inmuebles, que se cumpla la ley», sentenció.
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