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ASIER QUINTANA
Sábado, 2 de julio 2022, 00:33
Hasta los bares notan la crisis y el incremento de los precios. El IPC de junio se ha disparado a cifras que no se recordaban desde 1985 por efecto del alza de los alimentos y la gasolina y muchos hosteleros se han visto obligados a ... incrementar las tarifas de sus consumiciones. Bien es cierto que cada negocio es un mundo, pero bastantes bares y cafeterías han elevado ya el precio de sus productos estrella: el café y la cerveza. Cobran entre cinco y diez céntimos más. Una subida que algunos también han aplicado a la barra de pinchos. Y aunque la gran mayoría mantienen inamovible el precio de los menús del día, algunos ya advierten de que si la situación económica sigue por los mismos derroteros -los expertos no descartan que la inflación aumente aún más tras el verano- se verán obligados a encarecer las comidas.
«Es lógico que si los costes se incrementan por la subida de la factura energética, de las materias primas, el pan, el aceite y demás productos, haya hosteleros que readecúen los precios», alegó Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia. Según explica este representante del sector, se trata de un efecto en espiral en la que proveedores, hosteleros y clientes forman parte de una misma cara de la moneda. «El proveedor de cerveza, de café, el que trae pan y vende aceite sube sus productos. Hay que entender que si todo sube, es a costa del margen empresarial», insiste.
«Todo depende de la subida de la factura de los que nos proporcionan los productos. Si ellos suben más nos quedamos sin márgenes», añade el dueño del bar Zafferano, en Bilbao. En este local ya han subido diez céntimos el precio de la caña y del café para seguir teniendo un margen que haga asequible la venta. No son los únicos que han notado la subida. La cafetería Marakay en la plaza Campuzano ha tenido que encarecer las cervezas para que servirlas salga rentable. Así ocurre también en otra media docena de locales consultados por este periódico. Muchos se resisten a alterar sus tarifas aunque reconocen abiertamente que cada vez ganan menos y que los gastos se han incrementado.
«La luz, el gas, y ahora las bebidas. Si todo sigue así, no nos quedará otra», aseguran en el bar Devin's que ya piensan en cómo y cuándo aplicar ese incremento.
En la Plaza Nueva muchos locales se resisten a subir el precio de los pinchos, uno de los reclamos en esta zona tan turística, pero algunos de ellos han incrementado hasta 20 céntimos la caña de cerveza y cinco céntimos la copa de vino.
Los hosteleros sucumben al IPC en el precio de las bebidas pero no en el menú del día. Es el caso del Zafferano, que reconoce que mantendrá por el momento su precio y es lo último que quiere modificar. «Andamos con el miedo de subir el precio y que por contra venga menos gente», explica uno de sus camareros. Una letanía que se escucha también en muchos establecimientos similares.
Otros, como La Olla de la Plaza Nueva se decidió por subir dos euros su menú pero mantiene el precio del café, el vino y la caña. «Cada vez el margen es menor», reconocen.
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