Hostelería y comercio lamentan unos recortes que «no frenarán» los contagios

A su juicio, las restricciones castigan a los hosteleros cumplidores, mientras que aquellos que se saltaban estas limitaciones lo seguirán haciendo y el problema, localizado ahora en las fiestas y reuniones principalmente de jóvenes, «va a seguir existiendo porque es muy difícil su control». Sánchez volvió a reclamar un plan de ayudas justas en un sector en el que las limitaciones, como la prohibición del consumo en barra, son ya muy importantes. En su opinión, las nuevas medidas penalizan a los empresarios que han sacrificado su patrimonio personal para no contraer deudas. Y, además, no compensa las pérdidas que se les avecinan.

Alberto Aparicio, propietario de Attico 14, un local bilbaíno de ocio nocturno en el que ahora se consume en mesas y sin poder bailar, coincidió en que el nuevo decreto no frenará la transmisión, «sino todo lo contrario». Tendrá consecuencias en el turismo y en la recaudación de las instituciones. «Dejándonos abiertos hasta las dos permitían que la gente viniera a tomar algo y después se fuera a su casa, evitando que cierto público se reuniera en pisos sin ningún control. Ahora volverán a hacerlo». El Gobierno vasco, sostiene, debe apostar por otro tipo de medidas, como «colaborar con nosotros y favorecer un ocio nocturno controlado. Con menos hostelería, más reuniones en casas y botellones habrá», zanjó.

Los comerciantes recibieron el nuevo recorte entre el disgusto y la resignación. Para Pedro Campo, «la medida es un nuevo mazazo, uno más». El presidente de la patronal del comercio vizcaíno -Cecobi- quiso dejar claro que «hemos asumido todas las medidas que se han adoptado hasta ahora y las hemos cumplido escrupulosamente». Apostilló que «con esta, haremos lo mismo. Ahora bien, esto es un golpe más. Y desde el año pasado llevamos acumulando uno tras otro. Está siendo muy duro económicamente. El consumo no se recupera, las rebajas están siendo muy flojas. Estamos sumidos en una constante incertidumbre, con menos actividad y más gastos».

La restricción de aforos «no es una buena noticia en un sector tan castigado como es el comercial, donde no se ha regresado a la normalidad, con una limitación que ya al 50% -fue ampliada al 60% el 7 de julio- generaba colas y suponía mucha limitación en la capacidad de compra. A mí, desde luego, no me gusta. Es injusta para el sector», expuso Jorge Aio, gerente de la asociación Bilbao Centro. Rafael Gardeazabal, presidente de BilbaoDendak, lamentó además que las nuevas limitaciones lleguen en plenas rebajas, «cuando estamos teniendo algo más de afluencia de gente. Posiblemente, este recorte afectará más a los locales grandes. Y también a la hostelería».

Rosa Pardo, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, admitió que ven la medida «con una cierta preocupación, pero hay que dejar claro que lo primero es la seguridad, con la que estamos comprometidos. Los contagios se disparan y esto hay que atajarlo poniendo de nuestra parte todo lo que podamos. Es fundamental que la gente se sienta segura comprando. Tenemos que mantener la guardia alta con la esperanza de que pase esta oleada».