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Imagen de la polémica escultura. EFE
El hacha

El hacha

La escultura de Bayona es una elección de mal gusto que violenta la sensibilidad de las víctimas y ofende la inteligencia de todos

Viernes, 13 de abril 2018, 00:02

Lo raro no es que hayan colocado en Bayona una escultura conmemorativa del desarme de ETA. Estos gestos simbólicos y sus productos resultantes permiten toda clase de interpretaciones, y tan legítimo es considerar que con ella se rinde tributo a un episodio infame de la ... historia como que, por el contrario, se celebra el viaje sin retorno del monstruo a la oscura región de los olvidos. Lo raro, lo inexplicable, lo doloroso es que ese símbolo consista en la figura de un hacha. Un hacha gigantesca, además: para que no pase inadvertida al visitante de la que hasta ahora fue una bella y acogedora ciudad del suroeste francés. Hace dos años, con motivo del acuerdo de alto el fuego entre el Gobierno colombiano y las FARC, los firmantes usaron una bala reciclada en bolígrafo a fin de representar el contraste entre el pasado sangriento y el ansiado futuro de concordia. Pero no todo el mundo captó la sutileza de aquel detalle pretendidamente pedagógico. Hubo quien se espantó, no sin motivo, por la frivolidad posmoderna de borrar el cuerpo del delito disfrazándolo de material de escritura, como en una resurrección del ideal caballeresco de las armas y las letras.

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