El Gobierno vasco ha destinado 1,3 millones para mejorar los juzgados de violencia de género

La primera intervención fue un proyecto piloto en el juzgado de Vitoria, que se desarrolló en dos fases (en 2017 y 2019). A partir de entonces, y con los resultados en la mano, arrancó la reordenación de los espacios específicos de violencia de género y de los juzgados mixtos de otras once localidades vascas.

Las actuaciones tuvieron presupuestos que oscilaron entre los 30.600 y los 79.500 euros, según los datos remitidos al Parlamento vasco por el Departamento de Justicia y Derechos Humanos a petición de EH Bildu. La reforma y ampliación más ambiciosa, en cualquier caso, fue la de los juzgados 1 y 2 de Bilbao, que requirió de una inversión de 608.500 euros y que culminó en agosto del pasado año.

En este caso, la profunda remodelación se centró en establecer diferentes accesos, zonas de espera y pasillos de circulación diferentes para víctimas y agresores. El espacio destinado a las denunciantes pasó de 31 metros cuadrados a 156 y se habilitaron dos salas de espera adaptadas a la presencia de menores, un office, una sala de lactancia y aseos, entre otras.

El departamento que dirige María Jesús San José, que también era consejera de este área cuando se aprobó el plan de intervenciones, no descarta nuevas mejoras para ajustarse a las necesidades «que puedan suscitarse de forma individualizada» para «seguir garantizando espacios de confianza, acompañamiento, acogimiento y seguridad» de las víctimas.

De forma paralela a las obras, el plan incluía otra serie de iniciativas como 'Zurekin', que comenzó como un programa piloto en el Palacio de Justicia de Bilbao en 2019 para aliviar «el impacto emocional» del procedimiento judicial en las víctimas. La idea es minimizar «los niveles de estrés» que produce «el desconocimiento del entorno, las figuras judiciales...». Un total de 16 personas se encargaban del acompañamiento a las víctimas, tras extenderse a los otros dos territorios históricos. Desde su puesta en marcha hasta 2022, atendieron a 446 mujeres. El año pasado se convirtió ya en algo estable, y se enmarcó en el Servicio de Asistencia la Víctima, para lo que se incrementaron hasta 21 los miembros del equipo. Este acompañamiento integral, en cualquier caso, «es mejorable», entiende San José. La valoración general es «muy positiva», pero precisa «consolidar el acompañamiento especializado en un momento doblemente para esas víctimas: el de denuncia de su agresor y el de comprensión del procedimiento a seguir».