Un ganadero cántabro escapa de un oso subiéndose a un árbol

Pedro Álvarez se topó de bruces en Yebas (Cabezón de Liébana) con el plantígrado, cuando éste devoraba una de sus cabras a cien metros de la carretera del pueblo

ELENA TRESGALLO

Sábado, 5 de noviembre 2022, 20:42

El ganadero de Yebas (Cabezón de Liébana) Pedro Álvarez aun tiene el susto metido en el cuerpo. Ayer por la tarde se topó con un oso que devoraba una de sus cabras a escasos cien metros del pueblo. Álvarez pudo repeler el ataque del animal ... gritándolo para asustarlo y subiéndose a un árbol cercano. Ser joven y ágil le facilitó la huida de un enorme plantígrado adulto que lo estuvo acechando más de media hora, yendo y viniendo, «gruñendo y pinándose a dos patas» mientras se comía plácidamente a su presa. La Consejería de Medio Ambiente, Biodiversidad y Desarrollo Rural valorará «en las próximas horas» la situación, mientras que los agentes del Medio Natural tienen instrucciones de acompañar al ganadero afectado a recoger el rebaño y escoltarlo.

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El joven ganadero lebaniego se encontraba sobre las cinco de la tarde de ayer viernes acompañado de su hijo pequeño en la carretera del pueblo llamando a las cabras. En ese momento el hombre detectó que algo no iba bien y mandó al pequeño a casa. «Las cabras vienen solas cuando las llamas, pero bajaban asustadas y se esparcieron», explica. Cuando subió a ver, ya solo, qué les pasaba fue cuando se topó con el oso devorando la cabra. «Estaba muy nervioso y empecé a vocearlo para asustarlo», relata. Cuenta que el animal dio unos pasos hacia él y retrocedió y fue en ese momento cuando Álvarez aprovechó para subirse a una cagiga cercana de unos tres metros de altura. «Allí estuve no sé cuanto tiempo, a mi me pareció mucho», recuerda ahora.

Pedro estuvo agarrado al árbol «más de media hora» aunque le pareció una eternidad. El miedo lo paralizaba porque el animal iba y venía y merodeaba a su alrededor. «Creo que si hubiera querido me hubiera atacado a la primera» explica mientras recuerda la sucesión de imágenes que le vienen a la memoria. Lo que le impidió bajar en ese tiempo, a parte del temor a ser atacado, fue que el oso dejaba momentáneamente a la cabra para vigilar a Pedro en el árbol. «Gruñía mucho y se pinó delante de mí cuatro veces por lo menos lo tenía a la par, porque yo estaba subido a unos dos metros en el árbol».

Tras ese infierno de media hora, cuando ya empezaba a oscurecer, Pedro vió como el oso se llevaba los restos de la cabra y subía por la Majá del Medio (así se llama la zona) en dirección a La Lastra. El joven no llevaba el móvil por lo que tampoco pudo avisar a su familia que empezó a impacientarse al ver que se retrasaba y salió a su encuentro al ver regresar al perro solo. Fue así cuando a medio camino se lo encontraron muy asustado bajando del lugar en donde deja habitualmente el ganado.

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Cuando llegó a casa pudiendo contar la aventura se encontró con su pastor border collie temblando debajo del coche. El animal también salió corriendo cuando vio al oso. Hoy los dos lo pueden contar.

«No son cuatreros»

Los ganaderos lebaniegos de la zona de Cabezón de Liébana y Vega de Liébana denuncian, a raíz de este episodio, que llevan tres meses avisando de la presencia de uno o varios ejemplares picados a las ovejas y cabras. Hay testimonios en toda la comarca de la continua aparición de plantígrados en la zona, pero es que en el caso de Yebas y Soberado se trata de un animal «problemático», según lo definió la propia Consejería hace dos meses cuando se activo un protocolo de disuasión del oso que, según los afectados, no ha funcionado. En el entorno hay cierto grado de indignación porque «cuando empezamos a denunciar que los animales desaparecían el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, dijo que eran los cuatreros, y a la vista está que no», señalan ahora.

En este sentido, el ganadero de Yebas se puso en contacto anoche con el consejero de Desarrollo Rural, Guillermo Blanco, que le trasladó que su departamento no descartaba sacar a este animal y llevarlo a otro lugar donde genere menos problemas. Pero para Pedro, la evacuación no es una opción «porque es trasladar el problema a otro sitio» y que otros pasen por lo que él ha pasado.

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En contacto con la Consejería, responsables de la misma aseguraban hoy a El Diario Montañés que en unas horas se valorará la situación de este oso para adoptar las medidas a tomar. En este caso, recordar que se han activado la fase uno y dos del operativo, como es disuadir al animal con cohetes y balas de goma. El siguiente paso que no se descarta desde el primer momento es extraer al oso picado a las ovejas y trasladarlo a un lugar donde dé menos problemas. De momento, Desarrollo Rural si confirmaba esta mañana que los agentes del medio natural tenían orden de escoltar al ganadero para recoger el rebaño.

Respecto a su ganado, hoy por la mañana Pedro Álvarez subía a ver la cabaña y echaba cuentas: en septiembre le faltaron varios ejemplares que fue cuando él mismo y otros ganaderos dieron la voz de alarma y se les dijo que podía ser compatible con cuatreros, no con oso por la cantidad de ellos que desaparecieron. La pasada semana le desapareció otro y la cabra de ayer, más las cuatro que le han «abortado por el susto» a falta de revisar el resto de daños. «Todas las noches guardamos a las ovejas con cinco hilos de pastor eléctrico y a las cabras que están para parir en la cuadra», explica asegurando que ahora están en el pueblo y los ataques siguen. «Llevamos tiempo avisando y cuando pase una desgracia y no se haya hecho nada todos nos lamentaremos», concluye el afectado.

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