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OCTAVIO VILLA | JESSICA M. PUGA
Gijón
Domingo, 23 de enero 2022, 14:58
«Sin ganadería ni agricultura, comeréis basura». Este es uno de los mensajes que ayer recorrió las calles de Madrid en la marcha convocada por la Asociación para el Desarrollo y Defensa del Mundo Rural (Alma Rural) y a la que asistieron miles de personas ... llegadas de toda España.
En el manifiesto que se leyó ante el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los presentes reclamaron cambios en las políticas agrarias, ganaderas y medioambientales, además de mejoras para que las explotaciones sean rentables en un momento de extrema dificultad para el sector.
No solo se trata de los bajos precios que habitualmente reciben por sus productos, sino por la fuerte carestía de costes de los últimos meses (y también cierto desabastecimiento), a lo que se suman los elevados precios de la energía, piensos, abonos, maquinaria agrícola y sus repuestos, entre otros.
De hecho, en el comunicado conjunto que se leyó antes de iniciar la manifestación, a la que se sumaron representantes de los principales partidos de la oposición (PP, VOX y Ciudadanos), los manifestantes advirtieron que «el país no socio de la Unión Europea tiene más ventajas comerciales que el socio«, criticando que »las importaciones masivas no vienen a complementarnos, sino a sustituirnos».
Los manifestantes han hecho gala de que «el campo nunca falla», y recuerdan a los consumidores que «no lo hizo ni con la pandemia, ni con desastres como 'Filomena'», en clara referencia a los consumidores, que con sus decisiones de compra determinan la marcha del sector.
«No puede ser que un litro de leche cueste menos que uno de agua», reiteran, haciendo ver, por una parte, que los ganaderos de vacuno de leche cobran precios irrisorios por su producción (no llega a los 40 céntimos, y en muchos casos se acerca más a los 30 que a los 40) y que «en los lineales de los supermercados muchas veces tiran los precios de la leche para atraer a los clientes y que luego se dejen los cuartos en el resto de la oferta del supermercado».
Ese uso de la leche como producto reclamo les indigna especialmente, por lo que de desprecio a su trabajo y al valor del producto supone, cuando «la leche es un producto esencial para la alimentación humana, y cuanto mejor se pague, de mejor calidad la podremos suministrar».
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