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Terraza de una promoción privada en Derio.
Terraza de una promoción privada en Derio.

Las terrazas de las futuras viviendas deberán tener al menos 4 metros cuadrados

El nuevo decreto de habitabilidad de Euskadi impone cocinas grandes para implicar al hombre en las labores domésticas y hogares versátiles

Viernes, 19 de junio 2020

Del confinamiento se han sacado muchas conclusiones y, aunque las negativas ganen de calle, algunas han acabado resultando bastante constructivas, al menos de cara al futuro. Por ejemplo, sobre lo acogedor y versátil que debe ser realmente un hogar para sus residentes. La viceconsejería vasca de Vivienda ha tomado buena nota de las estrecheces y la imposibilidad de muchas familias sin balcón a la hora disfrutar de un poco de aire fresco si no se puede estar en la calle y así lo ha reflejado en la nueva normativa sobre habitabilidad que, por primera vez en Euskadi, unificará todos los criterios mínimos que se deben cumplir en materia residencial. Así, además de cocinas más grandes para impulsar la participación del hombre en las labores domésticas, el documento contempla que las terrazas que incluyan las futuras construcciones deberán tener al menos cuatro metros cuadrados, por uno y medio lineal de fondo.

Gráfico. Gonzalo de las Heras

Para facilitar esta evolución, estos elementos exteriores dejarán de computar como superficie útil del domicilio, lo que permitirá a los constructores disponer de más espacio para habilitar estas dependencias. La tramitación de este reglamento afronta su recta final y, tras remitirse al Parlamento vasco para su debate y aprobación, y una vez supere los informes preceptivos finales, se espera que entre en vigor antes de fin de año. Un proyecto inicial al que se han incorporado 185 de las 732 alegaciones presentadas por administraciones, entidades, asociaciones y particulares.

«El borrador del decreto se anticipaba a la realidad que nos ha traído la crisis del Covid-19 con el confinamiento forzoso. Una experiencia que nos ha hecho ver las limitaciones de nuestras actuales viviendas para situaciones similares o para nuevas funciones como el teletrabajo», remarcó ayer el consejero de Medio Ambiente, Ordenación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, en la presentación de la futura normativa. Según matizó, la experiencia del encierro ha corroborado que «íbamos en la buena dirección», porque el anteproyecto ya daba importancia a los balcones o terrazas «como espacios para vivir, como zonas de estancia abiertas al aire libre, a la calle y al resto de los vecinos».

Espacio no computable

Según detalló el responsable socialista, estos espacios «estaban infravalorados y penalizados», ya que al computarse hasta ahora dentro de los metros cuadrados permitidos para construir «se ha tendido a reducirlos al máximo o incluso a eliminarlos». Y si la versión inicial del decreto ya preveía su «despenalización», que no contaran como superficie útil de la vivienda «de forma que no consumieran edificabilidad y favorecer así su implantación», el nuevo texto «va más allá e introduce el concepto de «espacio exterior como un elemento del programa mínimo de la vivienda». Así, una terraza deberá tener una superficie de al menos cuatro metros cuadrados con un fondo de 1,5 metros lineales. «Y para favorecer su disposición siempre que sea posible, no solo se despenaliza, sino que, en el caso de no construirse, se exigirá aumentar la superficie mínima de la vivienda en esos cuatro metros cuadrados».

Otra de las claves que ha extraído del confinamiento la viceconsejería es la necesidad de flexibilizar los diseños de los hogares para facilitar su uso «sin que el precio de la vivienda tenga que ser más caro». Se trata, señaló Arriola, «de pasar de la vivienda actual, rígida aunque reformable, a la vivienda versátil y flexible: aquella en la que puedes alterar su distribución de acuerdo a las necesidades de la familia, sin tener que hacer mucha obra o cambiar instalaciones y servicios».

Atendiendo a esa versatilidad, el proyecto del Gobierno vasco introduce avances sobre lo que ya es obligatorio, como reservar en cada nueva promoción viviendas adaptadas a personas con movilidad reducida. Además de esto, se exigirán unas dimensiones mínimas, partiendo del conjunto de la vivienda, 35 metros cuadrados útiles.

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