La 'convección mediterránea', el fenómeno que ha provocado inundaciones en la Comunidad Valenciana

La mañana de este domingo le tocó el turno a Benicàssim, donde otra tromba de agua descargó con fuerza y dejó registros de hasta 150 litros por metro cuadrado (l/m2) en poco más de una hora. El agua anegó numerosas viviendas, garajes y sótanos y obligó a rescatar a varias personas que se vieron atrapadas en sus domicilios inundados, así como a cortar la N-340 a la altura de Castelló de la Plana, desde el kilómetro 982 al 990.

Y ya este lunes ha sido la localidad valenciana de Puerto de Sagunto la gran damnificada. El cielo se 'rompió' y en sólo dos horas los pluviómetros de la zona llegaron a registrar hasta 228 litros por metro cuadrado. La intensidad de tales precipitaciones provocaron que calles y carreteras quedaran anegadas y prácticamente inhábiles para su uso. Además, desde Bomberos han confirmado que han tenido que efectuar «varios rescates» por personas atrapadas. Pero, ¿qué ha provocado estas lluvias torrenciales en agosto?

El fenómeno meteorológico se llama 'convección mediterránea' y según ha explicado la Agencia Española de Meteorología (Aemet), se trata de un suceso en el que «no hay término medio» ya que «o no llueve nada o, si se dispara la convección, las precipitaciones son torrenciales y muy focalizadas».

Esto se da cuando hay inestabilidad termodinámica, con un flujo débil de viento, sin mecanismos para organizar y generalizar la convección, como ha sido el caso de Benicàssim. De hecho, este domingo había «entornos favorables» para la convección en un área marítima extensa próxima a las provincias de Castellón, Valencia y norte de Alicante, que ha penetrado en tierra unos pocos kilómetros.

¿Se ha adelantado la gota fría este año? Lo cierto es que estamos en el periodo en el que se suelen dar estos fenómenos (finales de agosto, principios de septiembre hasta octubre). Según la Delegada de Aemet en Euskadi, Margarita Martín, estas trombas «no entienden de calendario, solo saben de temperaturas y humedades. Se han dado las condiciones y ha pasado esto». En este caso, las condiciones eran una masa de aire muy cálido que iba desde Argelia a Ibiza y desde ahí a Valencia donde descargó con virulencia sobre la zona de Benicàssim. La época de gota fría suele ser siempre en el final de las vacaciones y coincide que el mar alcanza su máxima temperatura mientras que bajan los grados en las capas medias de la atmósfera (en torno a 5.000 metros).

Estas lluvias torrenciales no se pueden prever. «Se generan en mucho menos tiempo de lo que tarda en registrarse en modelo meteorológico para evitarlas. Pueden formarse y deshacerse en tres horas, lo importante es tener una vigilancia del tiempo», comenta Martín. La intensidad de los destrozos también puede tener relación al haber ocurrido en un municipio turístico donde infraestructuras, como por ejemplo el alcantarillado, no están preparadas para soportar estas cantidades de agua en tan poco tiempo.