Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
De la sandía solo se pueden decir cosas buenas, y eso que casi toda ella es agua, el 92% concretamente. Pero es agua repleta de vitaminas, minerales y antioxidantes que aportan una considerable lista de beneficios para la salud. Comer unas cuantas rodajas bien frías en un día caluroso de verano no solo quita la sed, sino que nos protege contra los estragos de la vida.
El origen del día internacional de la sandía no está muy claro, aunque se cree que fue una iniciativa que adoptaron en Estados Unidos los productores de esta fruta para promocionarla. No es un comienzo demasiado glamuroso, pero ese es un dato irrelevante para un producto de la tierra que ya era muy cotizado hace miles de años. Se considera que es originaria de países de África tropical y su cultivo se remonta al Antiguo Egipto en la ribera del Nilo, desde donde se extendió a numerosas regiones bañadas por el mar Mediterráneo. Sus semillas han aparecido en un asentamiento libio de 5.000 años de antigüedad y en las tumbas de los faraones, incluida la de Tutankamón.
Las sandías de los egipcios diferían mucho de las actuales. Su carne amarga y dura no las hacía demasiado apetecibles, pero, a pesar de ello, se tomaban la molestia de cultivarlas. Al parecer, no lo hacían para comer, sino para beber. A diferencia de otros frutos, la sandía aguanta semanas e incluso meses sin estropearse, siempre que se conserve en lugares frescos y sombreados. Esta resistencia y el elevado contenido de agua de su interior la convertían en una especie de contenedor del que se podía extraer líquido en épocas de sequía. Bastaba con machacar la pulpa para exprimirla. Esta parece ser la razón por la que se depositaban sandías junto a las momias de los faraones. Contenían en su interior el agua que necesitaban para su largo viaje al más allá.
Calorías 20
Precaución Comer sandía en exceso puede provocar un aumento en los niveles de azúcar en la sangre, por lo que los diabéticos deben tener precaución. Un consumo moderado no supone ningún problema.
Deporte Deportistas de élite consumen sandía para hidratarse y mejorar su circulación, ritmo cardiaco y oxigenación de la sangre, gracias a la citrulina de la pulpa.
Con el paso del tiempo y mediante un proceso de selección, los agricultores fueron modificando genéticamente las sandías, que adquirieron un sabor más dulce. De África llegó a Europa en el siglo X y de allí pasó a América en el siglo XVI. Hoy en día es una de las frutas más extendidas por el mundo.
La sandía tiene vitaminas C y A, calcio, fósforo, potasio y magnesio, entre otros minerales. Además, es rica en licopeno, un pigmento muy antioxidante que protege contra el envejecimiento celular y el cáncer, y contiene citrulina, un aminoácido que ayuda a la producción de óxido nítrico, fundamental para el mantenimiento de la elasticidad de las arterias y los vasos sanguíneos.
Hay estudios que sostienen que una dosis diaria de jugo de sandía podría bajar la presión arterial. Algunos investigadores afirman que una rodaja tiene efectos similares a los del 'viagra' y otros recomiendan consumir tres porciones al día para proteger los ojos de la degeneración macular asociada con la edad. Y para quien parece problemas en riñones, vías urinarias o próstata, es un diurético natural ideal para eliminar toxinas.
Por si fuera poco, su alto contenido en fibras mejora la digestión, es una perfecta aliada para hacer régimen, ya que se pueden comer grandes porciones sin consumir muchas calorías, tiene propiedades antiinflamatorias, alivia el dolor muscular de los deportistas y es buena para la piel y el cabello.
Y aún hay más, porque de la sandía se come todo. Las semillas son una gran fuente de grasas de las buenas, vitaminas, proteínas y fitonutrientes y la corteza contiene grandes cantidades de clorofila y citrulina, ambas buenas para la salud cardiaca. Puede consumirse rallada en las ensaladas o incluso en batidos y zumos. El único 'pero' es que no conviene comer dosis exageradas, aunque, dejando de lado ese detalle, las sandías parecen una farmacia andante. No hay agua que cunda tanto.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.