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El famoso influencer 'Cenando con Pablo' denuncia que le han intentado «engañar» en un restaurante

Pablo Cabezali, que cuenta con más de medio millón de seguidores, no se esperaba que en un establecimiento de Madrid trataran de hacerle «trampas»

S. Osorio

Miércoles, 17 de enero 2024, 12:27

«Llevo seis años haciendo esto y a mí nadie me la va a colar». Así de enfurecido se ha mostrado Pablo Cabezali, más conocido en redes como 'Cenando con Pablo', cuenta con la que acumula más de medio millón de seguidores entre Instagram y ... Youtube. Este influencer gastronómico, uno de los más conocidos del país, se dedica a visitar restaurantes en donde se graba degustando platos y ofreciendo su opinión sobre ellos. En este tiempo ha pasado por todo tipo de establecimientos, desde Estrellas Michelin hasta locales especializados en hamburguesas.

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Hace unos días su destino fue un restaurante de cocina colombiana, Tropicalisima, que cuenta con tres locales en Madrid. En esta ocasión, sin embargo, la experiencia no ha salido como esperaba. En su cuenta de Instagram ha denunciado que le han «intentado engañar».

Cabezali ha publicado el vídeo completo de su visita a este local, pero ha renunciado a hacerles la promoción habitual que realiza con los establecimientos hosteleros que visita. Como siempre, con su cámara y su trípode, se sentó en una mesa del local dispuesto a probar las propuestas del menú. Ensaladas de frutas, arepas, patacones, carnes a la parrilla... Pablo admite que no acudía muy convencido al local, ya que está puntuado en Google con un 3,8 sobre 5 y nunca acude a restaurantes que cuentan con calificaciones por debajo de 4.

Tal y como explica, sus condiciones para visitar restaurantes que le contacten son: que le guste el concepto y la carta, que presienta que vaya a comer bien -«el sexto sentido suele ser bastante preciso con algo de margen de error para arriba o abajo», señala-, que cuiden sus redes sociales, que tengan buenas opiniones en Google y sobre todo que coma los mismos platos que todo el mundo: cantidades, producto, presentación, etc... Ahí fue donde vino el problema.

En el vídeo compartido con sus seguidores, Pablo explica que en un momento de la cena le traen tres platos a la vez y al ser la mesa bastante reducida, le pide al camarero que dos de ellos se los traiga más tarde para poder tener más espacio y grabar la escena en mejores condiciones. Eso sí, sin intención de que se lo preparen otra vez. Pues bien, cuando el camarero regresa con uno de los platos, en concreto con la bandeja paisa, el plato insignia de la gastronomía antioqueña y uno de los más representativos de Colombia-, el influencer se muestra visible molesto. Se da cuenta de que faltan algunos ingredientes como las arepas y que continene otros que no venían. Es decir, se da cuenta de que es otro plato.

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«A mí nadie me va a comprar»

«Yo no aviso cuando vengo y al ver que he sacado la cámara después de que me trajeran los platos, le han puesto más esmero. Me dice que lo caliente y resulta que no hay las misas cosas en el plato», explica al tiempo que precisa que su objetivo es comer lo que se le sirve a cualquier otro cliente y no preparaciones más cuidadas por el hecho de ser quien es.

«No quiero venir a un sitio y que luego vosotros vengáis y sea completamente distinto. Me siento ahora mismo como cuando a Alberto Chicote en 'Te lo vas a comer' le trajeron una paella del restaurante de enfrente. Por ahí no paso. Es un cachondeo, es hacer trampa». Cabezali pagó la cuenta -31 euros- para demostrar que no es un «aprovechado». «Yo cuento lo bueno y lo malo, a mí lo que me gusta es ser sincero. A mí nadie me va a comprar», zanjó visiblemente irritado.

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Cabezali durante una visita hace meses al Azurmendi.

El influencer, que ha recalado en Euskadi en varias ocasiones, se define en su web como un «fanático de experimentar nuevas sensaciones». «Me encanta innovar, sorprenderme y descubrir cosas que antes no conocía. Todo esto se ha materializado también en mis costumbres gastronómicas. Rara vez repito en un restaurante. Si lo hago es o porque me ha parecido increíble, me he quedado a medias y tengo grandes expectativas (por ejemplo si pido algún plato indebido) o por obligación, por lo que intento ser quien elige sitio».

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