Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Oskar Ortiz de Guinea
Miércoles, 17 de enero 2024, 07:24
Llegó a alojar a 49 personas en cuatro pisos y un local de Eibar en unas condiciones infrahumanas. A cambio de entre 250 y 450 euros de alquiler, los residentes dormían en colchones en unas estancias sin calefacción ni electrodomésticos básicos, que eran un nicho ... de humedad e insectos. Los inquilinos, además, eran explotados laboralmente por el mismo individuo, que los empleaba en reformas en el sector de la construcción sin contrato ni horario.
El presunto responsable de estas prácticas, un hombre de origen marroquí empadronado en Bizkaia y que ha residido en domicilios de Bilbao y Zaldibar, ha sido detenido en Donostia por la Policía Nacional, en colaboración con la Policía Local de Eibar, acusado de los delitos de tráfico de seres humanos y contra los derechos de los trabajadores.
La noticia no sorprendió a algunos vecinos de la villa, a los que llamó la atención la 'baja' cifra de inquilinos vinculados a los hechos sucedidos en cuatro viviendas de dos portales, una en Urtzaile kalea y las otras tres en el mismo número de Matxaria. «Solamente por este piso habrán pasado más de esos 49. Todas las semanas veías gente distinta, desde hombres a familias con niños, porque constantemente se iban unos y entraban otros», afirma con respecto a la primera vivienda un hombre marroquí que pide el anonimato y propone llamarse Saïd.
Los otros tres domicilios están en una misma casa situada entre varios pabellones en el polígono industrial de Matxaria. «En un año habrán vivido en esta casa más de 100 personas, muchas jóvenes, y también algún niño. La policía venía a menudo, casi siempre les pedían los datos y su empadronamiento», afirma una persona que ha tenido roce diario con los habitantes de estos pisos rodeados de fábricas, talleres y huertas. «No daban problemas, eso es verdad, pero nunca sabías quiénes ni cuántos vivían», apunta la misma fuente.
El arresto del acusado, de 38 años de edad, tuvo lugar el pasado 30 de diciembre pero la Policía Nacional lo hizo público ayer a través de un comunicado. La voz de alarma la dio la Policía Municipal de Eibar, que el año pasado constató que «muchas personas» se venían empadronando «una tras otra» en un mismo portal de Matxaria, propiedad de un hombre que se dedica a las reformas en el sector de la construcción. Ante lo que supusieron como un indicio de una posible práctica fraudulenta, la Policía Local comunicó los hechos a Extranjería.
El caso pasó a manos de los investigadores del Grupo Operativo de Extranjeros (GOE II) de San Sebastián, que en sus indagaciones descubrieron que el sospechoso alojaba a los migrantes en habitaciones de cuatro viviendas y una lonja de su propiedad a cambio de alquileres que oscilaban entre los 250 y 450 euros.
Según la Policía, algunos eran empleados por el detenido en su empresa de reformas «sin contrato de trabajo, con jornadas laborales que superaban ampliamente el horario establecido, sin equipos de protección individual y sin pagarles en muchos casos horas extras e incluso mensualidades».
El relato policial añade que los alojamientos estaban en «un pésimo estado». «Carecían de calefacción, de somieres en las camas y de electrodomésticos imprescindibles para poder hacer una vida digna, por no hablar de la existencia de grandes manchas de humedad en las paredes y de insectos». En el caso del local comercial, que no tenía cédula de habitabilidad, las víctimas pagaban 300 euros mensuales.
Según ha podido saber este periódico, el sospechoso se hizo con el primer piso «hace unos tres años» y con los tres de Matxaria hace poco más de un año. Las cuatro viviendas comparten unas características muy particulares: su estado degradado. De hecho, los planes municipales contemplan desde hace años el derribo de la casa de Urtzaile, donde algunos pisos están deshabitados y en otros residen familias magrebíes. Hace menos de cuatro años, el piso propiedad del detenido se ofrecía por menos de 40.000 euros.
En el caso de la casa de Matxaria, sus cinco viviendas pertenecían a dos matrimonios. Salvo las dos de la primera planta, el sospechoso se hizo con las otras tres: segundo, tercero y ático. Según las fuentes consultadas, se vendían a entre 20.000 y 60.000 euros y el segundo piso va unido a un local donde está la caldera de la calefacción, que no funciona. «Desde que compró esos pisos los puso en alquiler. Por el de Urtzaile, además, no descartaba que le dieran una indemnización cuando derribaran la casa», dice un conocido del investigado, que ayer por la tarde se personó en Eibar. La Policía calcula que solo con los alquileres llegó a percibir 5.700 euros mensuales.
Las tres viviendas de Matxaria están ahora habitadas. En al menos dos, los arrendatarios pagan 1.000 euros al mes, y luego pueden realquilar habitaciones. Según explicaron a este periódico, la cuota oscila entre 450 euros con derecho a empadronamiento y 250 sin él. En el ático vive una pareja con un bebé nacido en Eibar, y antes los tres residieron varios meses en una habitación del segundo: «Vivíamos con tres más en el piso y ahora tenemos independencia. No tenemos queja». Los moradores de las otras dos puertas afirman que llegaron hace alrededor de un mes. «Sabemos que los anteriores tuvieron problemas con el dueño, pero nosotros no. El alquiler es caro y pasamos frío por la humedad, pero peor es la calle». De hecho, la investigación determinó que en año y medio el acusado llegó a alojar a 49 personas, quienes, «debido a su situación irregular, a los escasos recursos económicos con que contaban y al desconocimiento de la lengua y de la legislación, no tenían otra alternativa que aceptar». En el caso de los empleados sin contrato, «todos eran marroquíes y a ninguno le puso una pistola en la cabeza para que trabajaran para él», señala Saïd. «Él solo se aprovechaba de ellos, de su deseo de tener una vida mejor».
El jefe de la Policía Municipal de Eibar, Javier Ciaran, manifestó ayer que «el pasado año detectamos unos empadronamientos en una vivienda de Matxaria que nos hicieron sospechar». En las primeras averiguaciones observaron «que eran muchas las personas que salían y entraban de la vivienda situada en la parte alta del polígono industrial de Matxaria. No es que hubiera 40 a la vez, pero sí que se empadronaban una tras otra, con lo que supusimos que se estaba produciendo un fraude. Eran tantos y todo transcurrió en un periodo de seis mes que nos llevó a dar cuenta de los hechos a Extranjería. A partir de aquí, toda la investigación fue llevada por la Policía Nacional que fue comprobando el alojamiento de las diferentes personas en la vivienda hasta que se han llevado a cabo las detenciones».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.