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La virulencia descontrolada del coronavirus en esta quinta ola «no se va a controlar epidemiológicamente» solo con la vacunación de los menores de 30 años y prohibiendo la estancia en espacios públicos abiertos a personas no convivientes entre las 00.00 y las 06.00 ... horas como decidió el LABI la tarde del miércoles. Estas son dos de las principales conclusiones a las que han llegado las expertas sanitarias consultadas. Consideran que las medidas actuales son «insuficientes para detener el incremente disparado de casos».
Achacan al Ejecutivo de Lakua no haber tomado «decisiones más drásticas hace una semana, cuando ya estábamos en una fase muy ascendente de nuevos contagios», indica Miren Basaras, profesora e investigadora del Departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología de la UPV/EHU. Tanto esta experta como Elena Vanessa Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología, creen que las medidas que están en vigor a día hoy para intentar controlar la expansión del virus «no están ajustadas a la situación de gravedad en la que estamos» en esta quinta ola de la pandemia.
En su opinión habría que endurecer las medidas en aquellos espacios en los que no se están cumpliendo las normas que están vigor, «hacer un hincapié restrictivo mucha mayor», especifica Basaras. «Habría que limitar los horarios en el ocio nocturno porque está comprobado que a partir de ciertas horas el porcentaje de personas que realizan actividades de riesgo es altísimo, por no decir la mayoría. Otra opción sería cerrar la movilidad en determinadas horas y reducir el número de personas que puedan reunirse. En la situación en la que estamos sería partidaria de adaptar estas medidas», subraya la epidemióloga. Basaras se lamenta de que «como siempre seguimos yendo por detrás del virus» y avisa de que «debemos ser conscientes de que el número de positivos nuevos va a continuar en aumento».
Más allá de las nuevas medidas restrictivas que puedan tomar los gobiernos, el avance de la vacunación es el gran salvavidas al que se aferran las instituciones. Es una realidad que los jóvenes son los que mayores tasas de incidencia y positivos están aportando a esta quinta ola, pero las expertas tienen claro que «todavía hay mucha población susceptible de ser infectada. Esta ola no va a acabar en un mes con la vacunación de los jóvenes». Es decir, la creencia generalizada de que la inmunización masiva del colectivo de entre 16 y 29 años va a lograr contener al SARS-coV-2 no es del todo correcta. Por cuatro razones fundamentalmente. Hay todavía un buen número de ciudadanos de diferentes tramos de edad sin tener las pautas de vacunación completas, la variante Delta del virus -que es mucho más transmisible- es la predominante, se siguen incumpliendo las medidas de prevención que están en vigor y las vacunas, que tienen muy buena efectividad, no protegen al 100% de la infección.
Lo tiene claro Miren Basaras: «Vamos a tener un verano complicado si no se cumplen las medidas preventivas, por mucho que se empiece a vacunar a los menores de 30 años la semana que viene». Recuerda que una vez que estos jóvenes reciban su primera dosis no completarán su pauta hasta después de seis semanas. Es decir, la vacunación de miles de jóvenes de entre 16 y 29 años «va a requerir todo el verano». A esto se le añade que mucho ciudadanos «de entre 30 y 39 años están ahora recibiendo su primera dosis y que hay otros muchos de entre 40-49 y 60-69 que todavía no tienen la pauta completa de vacunación», añade Elena Vanessa Martínez.
Esta especialista en Medicina Preventivaincide que «falta mucho para que esta ola disminuya si no existe un descenso de los contactos con riesgo. Va a seguir aumentado la transmisión porque queda muchísima población sin vacunar». De hecho, no ve plausible «que se controle la expansión del virus porque tengamos más personas vacunadas en uno o dos meses». El problema, coinciden ambas, es que con los actuales niveles de transmisión «lo que vamos a conseguir es que se acaben contagiando aquellos que tienen más riesgo de padecer una enfermedad grave».
Ante el fallo del Tribunal Constitucional, que declaró ilegal el encierro domiciliario durante el primer estado de alarma, se ha abierto un debate sobre qué pasará con las multas interpuestas en ese periodo. El consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka, señaló ayer que habrá que esperar a conocer «el criterio del TC», el cuál esperan que detalle en su sentencia, que aún no se ha hecho pública. «No se puede descartar nada, tampoco que haya que restituir las multas pagadas».
El Gobierno vasco ha paralizado la tramitación de sanciones pendientes. En el primer estado de alarma se interpusieron 23.000 denuncias, 13.500 de la Ertzainza y 9.500 de policías locales (sin contar los datos de Bilbao, Barakaldo y Vitoria). Entre ellas, hay 5.255 multas pagadas y se desconoce que pasará con los 1.568.356 euros recaudados.
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