Jesús P. H., el feriante madrileño, padre de tres hijos y residente en Fuente el Saz de Jarama, ya se encuentra en un centro penitenciario después de que la juez de Ávila que instruye el caso decretó este viernes su ingreso en prisión provisional sin ... fianza acusado del homicidio de su entonces pareja Juan Canal, la mujer de 38 años y madre de dos hijos desaparecida el 22 de febrero de 2003.
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Jesús fue detenido el pasado miércoles en Torrejón de Ardoz, a escasos cuatro meses de que prescribiera el caso tras cumplirse 20 años. Fue trasladado a su pueblo de Navalacruz, en Ávila, donde aparecieron casualmente los primeros restos óseos de Juana en 2019 y más huesos hace menos de dos semanas. Y allí, consciente del volumen de indicios acumulados por los investigadores desde septiembre pasado, se derrumbó y confesó a la Guardia Civil la autoría del crimen.
Según el auto de prisión al que ha tenido acceso este periódico, dictado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de la capital abulense, el homicida declaró que la noche de los hechos mantuvo una fuerte discusión con su novia, con la que llevaba dos años y quien estaba atravesando un bache depresivo y adictivo. En un momento del encontronazo, esta le tiró por el inodoro la producción del taxi -el oficio entonces de Jesús- y el acusado reaccionó, le dio un golpe con el brazo «sin querer», ella se cayó al suelo, no fue socorrida y cuando el hombre se dio cuenta ya estaba muerta.Nervioso, Jesús decidió entonces meterla en la bañera de la casa, ubicada en la calle Boldano, y con sangre fría, en lugar de avisar a los servicios de emergencia o a la Policía, prefirió deshacerse del cuerpo con un plan maquiavélico: la cortó en dos mitades, la metió en dos maletas y se las llevó a Navalacruz, donde su familia tiene una finca. En ese municipio esparció los restos en un paraje a cinco kilómetros del pueblo y volvió con su taxi a Madrid.
Esta confesión ha llevado a la juez de Ávila a inhibirse al Juzgado Decano de Madrid, al entender que los supuestos hechos delictivos tuvieron lugar en el partido judicial de la capital. Dicho juzgado abulense abrió una causa poco después de confirmarse que el fémur hallado por una pareja en 2019 era de una persona y, meses después, en 2020, se confirmaría que era de Juana Canal tras dar positivo con la muestra de ADN que uno de sus dos hijos había dejado en el banco policial después de su sospechosa desaparición. Aunque el asunto, oficialmente, se trató hasta 2020 como una desaparición voluntaria, el hecho de que la víctima no se hubiera llevado documentación ni bolso, de que faltaran 600 euros y de que Jesús hubiera dejado una nota a mano en la que relataba que Juana se había ido de casa tras una fuerte discusión, las sombras sobre la expareja nunca se llegaron a disipar.
Finalmente, la investigación se aceleró en septiembre pasado y el cerco judicial se estrechó sobre el autor confesó del homicidio. Tras conocerse en los medios en junio pasado que los restos hallados en 2019 eran de Juana, el juez autorizó la intervención del teléfono móvil del acusado, registró la casa de la calle Boldano y facultó a los agentes para desarrollar el pasado 17 de octubre un amplio operativo en Navalacruz en busca de más pruebas. El resultado fue positivo y Jesús fue arrestado este miércoles.
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