Euskadi activará esta legislatura los permisos paternos de 24 semanas

Y, para conseguirlo, es necesario incentivar una natalidad que no deja de tocar suelo apoyando «nuevos proyectos de familias». Una de las medidas de mayor calado, recogida ya en el acuerdo de gobierno alcanzado por PNV y PSE, es la «extensión progresiva» a 24 semanas de los permisos de maternidad o paternidad, ocho más que en la actualidad. También, a lo largo de la legislatura, se ampliarán de manera gradual las ayudas de 200 euros al mes para las familias con hijos de hasta 3 años. La intención es que las reciban todos los hogares con menores de 7 años (10 años en las familias numerosas y monoparentales).

La elaboración de un nuevo decreto de ayudas para la conciliación, un estatuto específico para familias monoparentales y la certificación como empresas corresponsables a las compañías que apuesten por facilitar la compatibilidad de la vida personal y laboral fueron otras de las iniciativas enumeradas por la consejera. Para llegar ahí, en cualquier caso, hay que conseguir salir de casa, y en Euskadi la edad media de emancipación está frisando los 30 años. Con «mejoras progresivas» en los programas de ayudas 'Emantzipa' y 'Gaztelagun' confían en que, en 2030, el 50% de los vascos de entre 25 y 29 años vivan por su cuenta.

Las líneas maestras de esta legislatura, «poco ambiciosas» a juicio de la oposición, mencionan la «solidaridad intergeneracional» en un contexto de «envejecimiento de la sociedad, aumento de las migraciones, crisis del modelo tradicional de cuidados y aumento de la desigualdad con especial incidencia en jóvenes, migrantes y mujeres». Para tener «una sociedad equilibrada y sostenible a largo plazo», Melgosa entiende que es clave «situar los cuidados en el centro de las políticas».

Sin embargo, insistió en que, en la actualidad, el gasto corriente público anual en centros residenciales es «el 50%» del gasto en servicios sociales, algo que debe corregirse porque «no resultará sostenible a futuro». Como alternativa, además de trabajar en residencias más pequeñas, la consejera habló de potenciar una «atención primaria y secundaria en el domicilio y la comunidad». Esa asistencia menos institucionalizada contaría con soportes tecnológicos como la teleasistencia predictiva, que detectará riesgos, de la mano de la elaboración de un estatuto para personas cuidadoras, impulsando nuevos modelos de alojamiento como el 'cohousing' y las viviendas intergeneracionales...

Otro de los retos es el incremento de la inmigración, en palabras de Melgosa «una fortaleza para nuestro crecimiento». Y ese aumento de población de origen extranjero exige la puesta en marcha de mecanismos para que estas personas «desarrollen sus proyectos de vida en una sociedad que quiere acogerles con un modelo intercultural».

En ese sentido, trabajarán «a fondo» en los «procesos de atracción y retención» de personas migrantes con la puesta en marcha de experiencias piloto como 'Harreragune' y 'Harrera', de acompañamiento para la integración, el incremento de plazas en el programa 'Trapezistak' que apoya en la inclusión a jóvenes sin red familiar y la elaboración, en colaboración con Lehendakaritza y Lanbide, de un plan de incorporación sociolaboral de las personas migrantes.