Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La revuelta de las togas amenaza con llevar la Justicia al borde del colapso. Antes de las protestas para exigir mejoras retributivas, los juzgados vascos ya arrancaron 2023 con un retraso equiparable a cinco meses de trabajo pendiente. También necesitaban reforzar sus plantillas con al ... menos 40 nuevos jueces y fiscales para poder dar salida a la montaña de procedimientos que se acumulan en las estanterías y equipararse a los parámetros de calidad que marca la Unión Europea, según las estimaciones del Tribunal Superior de Justicia y de la Fiscalía del País Vasco.
La situación de la Justicia ya era muy delicada y de momento nadie es capaz de medir el efecto que tendrá la ola de movilizaciones. Pero los profesionales del sector subrayan que se sienten maltratados por los distintos gobiernos e insisten en que así no podían seguir. «La huelga es la última salida que teníamos porque sabemos que hace daño a los ciudadanos. Y no es sólo un problema económico. Sobre todo es una cuestión de dignidad», insiste Alfonso Álvarez-Buylla, representante en el País Vasco de la asociación judicial Francisco de Vitoria, en declaraciones a EL CORREO.
Noticia Relacionada
David S. Olabarri
La revuelta de las togas arrancó con la huelga de los Letrados de la Administración de Justicia (LAJ), que ha tenido un efecto dominó en el resto del sector. Los funcionarios, primero, y los jueces y fiscales, después, se han levantado contra el Gobierno central después de que el Ministerio de Justicia decidiese subir el sueldo a los letrados judiciales en unos 420 euros al mes tras casi dos meses de paros indefinidos.
Este acuerdo ha sido la gota que ha colmado la paciencia del resto de actores judiciales, que se sienten discriminados. Siguiendo los pasos de sus compañeros, los funcionarios ya han desarrollado diversas huelgas. También los abogados del turno de oficio han empezado a movilizarse. Y esta semana ha llegado el turno de la gran mayoría de las asociaciones de jueces y fiscales, que exigen mejoras en sus condiciones laborales con la amenaza de una huelga el próximo 16 de mayo, en plena campaña electoral.
Noticia Relacionada
David S. Olabarri
Todos los focos están colocados sobre las mejoras salariales. «Si somos un servicio esencial, que se nos retribuya como tal», apunta Álvarez-Buylla. El pasado miércoles el Ejecutivo trató de frenar los paros con una primera oferta de 44,5 millones de euros. La proposición fue rechazada, pero ambas partes mostraron buena disposición y se citaron para mañana en un nuevo encuentro de la Mesa de Retribuciones. Los funcionarios, en cambio, se muestran «muy dolidos» con el Gobierno porque ellos -la parte «más débil» del engranaje judicial- son los únicos que no tienen todavía una propuesta, según explican fuentes de CC OO.
La revuelta de los togados es un problema que se ha ido gestando a fuego lento. Las asociaciones ponen el acento en que el Gobierno lleva años sin atender las demandas de jueces y fiscales, que han perdido más de un 20% de poder adquisitivo en dos décadas y un 4,7% del salario base desde mayo de 2010. También se quejan de que en juzgados medianos o pequeños -como el de Getxo- las guardias de semana completa se pagan a menos de un euro la hora, explica Emilio Lamo de Espinosa, presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura en el País Vasco, la mayoritaria.
Las distintas fuentes consultadas por este diario insisten en que los sueldos son sólo una parte del problema de fondo. Sobre todo en Euskadi, donde jueces, fiscales y letrados de justicia ganan más que en la mayor parte de España gracias al complemento de unos 500 euros que se estableció en la época en la que ETA empezó a asesinar a miembros de la judicatura.
En su contexto
245 jueces, entre titulares (227) y sustitutos, ejercen en la actualidad en los distintos juzgados de Euskadi. El número en el País Vasco es de 10,3 por cada 100.000 habitantes, un punto por debajo de la media en España. Aunque la tasa de litigiosidad vasca es inferior a la de la mayoría de comunidades. A nivel general, España se encuentra en la posición 23 de 27 de países de la Unión Europea con más jueces. El número de fiscales en Euskadi asciende a 101. El número de funcionarios ronda los 2.400.
91 euros por habitante en Justicia El gasto en Justicia en Euskadi es de 91 euros por habitante. Es la comunidad en la que más se invierte. El porcentaje sobre el presupuesto global del Gobierno vasco está en el 1,6%, sin considerar los costes asumidos por el Gobierno central.
3.000 euros netos al mes cobra de media un juez y un fiscal en Euskadi, según estimaciones de la asociación Francisco de Vitoria, aunque las retribuciones varían mucho en función de la plaza y la antigüedad. Tras el acuerdo alcanzado con el Gobierno, los letrados de justicia cobran de media en Euskadi entre 2.500 y 2.600 euros. Según CC OO, los sueldos medios de los cuerpos generales de los funcionarios de Justicia oscilan entre los 2.200 y los 1.500 euros. Los cuerpos especiales -médicos forenses- cobran unos 3.100 euros.
Sólo 2 de las 70 nuevas plazas son para Euskadi El número de plazas creadas por el Ministerio de Justicia (unas 70-80 al año) «no cubre el crecimiento vegetativo» de la plantilla. Sólo dos de ellas están destinadas a Euskadi este año.
Lo que ha hecho saltar por los aires la paz social de los salas es la «falta de respuesta» de los distintos gobiernos a problemas estructurales que llevan años arrastrándose. «No hay suficientes medios materiales y personales para ofrecer una Justicia de calidad», apunta Augusto Maeso, representante de Jueces y Juezas para la Democracia en Euskadi. Una magistrada vasca explica de manera gráfica el malestar que lleva años creciendo en el sector: «Los jueces y fiscales estamos en tierra de nadie. No tenemos los derechos de los funcionarios. Pero tenemos una gran responsabilidad, metemos muchas horas fuera del juzgado y tampoco tenemos los medios para trabajar ni los beneficios de los otros poderes del Estado. Nosotros nos tenemos que pagar hasta las togas», apunta.
En declaraciones a EL CORREO, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Iñaki Subijana, subraya que la «base» del conflicto no es retributiva y pone precisamente el acento «en el déficit de inversión pública» en Justicia, lo que provoca cargas de trabajo «inasumibles» y, por extensión, problemas en los tiempos de respuesta de los juzgados. Subijana explica que hay cinco juzgados vascos con una carga de trabajo superior al 130% y que las pocas plazas que el Ministerio crea cada año (este ejercicio serán dos en Euskadi) no sirven ni para cubrir el crecimiento vegetativo.
La fiscal superior del País Vasco, Carmen Adán, apunta que la Justicia «nunca ha sido la materia mejor tratada» por las administraciones. «La inversión en medios materiales es absolutamente necesaria para que la prestación del servicio público de justicia sea el que demanda la sociedad», explica la máxima representante del Ministerio Público en Euskadi. Pero igual de importante -advierte- es la «inversión en medios personales, tanto por razón de número como de retribuciones adecuadas».
«La huelga es la última salida que teníamos porque sabemos que hace daño a los ciudadanos»
«No hay suficientes medios materiales y personales para ofrecer una justicia de calidad»
«Hay juzgados como en el de Getxo en el que las guardias se pagan a menos de un euro la hora»
«Los funcionarios estamos muy dolidos con el Ministerio porque se ha visto que para otros colectivos sí hay dinero»
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.