MIRARI ARTIME
Martes, 9 de abril 2019, 00:25
La pesca del verdel ha desatado una guerra entre las autonomías del Cantábrico. Por un lado, al este se sitúan los arrantzales vascos, que junto con los cántabros defienden el actual sistema de reparto de la «exigua» cuota de esa especie. Por otro, al oeste ... se localizan Galicia y Asturias, que reclaman una nueva distribución al sentirse «discriminados». La batalla está servida. Las cofradías vascas no están dispuestas a ceder «ni un solo kilo» y barajan movilizarse si el Gobierno central modifica el plan de gestión para reordenar el reparto de cara a la próxima campaña, tal y como prometió la secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, tras la dimisión de 17 de los 18 patrones mayores de Asturias que la semana pasada hicieron frente común con los marineros gallegos.
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En la actualidad, a esas dos comunidades, que suman el 69,5% de la flota, les corresponde el 30,95% de la cuota, mientras que País Vasco y Cantabria, donde tienen el puerto base el 30,95% de las embarcaciones, acumulan el 69,05% del cupo. A Euskadi, le corresponde cerca de un 45%. «El reparto que se firmó con luz y taquígrafos en 2014 estaba basado en datos históricos de capturas», detallaron este lunes portavoces de la cofradías vascas a EL CORREO. «Insistimos en que se trata de un reparto justo que no estamos dispuestos a variar», añadieron. En caso contrario, «tendremos que movilizarnos». A su juicio, los partidarios del cambio reclaman ahora más caballa «por las malas cifras de otras especies, en especial, del besugo y la merluza, donde sobre todo los gallegos, disponen de más cuota». «Antes llamaban peces bobos al verdel y ni siquiera lo miraban. Además, disfrutan de la práctica totalidad del TAC en otras pescas, pero como ahora van a menos quieren lo nuestro que en las últimas campañas, ha revalorizado su precio», denuncian los arrantzales vascos.
Aunque las embarcaciones han tratado de alargar al máximo la campaña de esta primavera, la exigua cuota asignada a toda la flota para este año -24.618 toneladas, a las que hay que restar otras 6.000 como sanción por sobrepesca- se ha agotado en apenas dos semanas. Los barcos de artes menores aún tratan de prolongar su presencia en la mar hasta Semana Santa. Entre los aspectos más positivos destaca el precio medio alcanzado por la caballa, que ha llegado a 1,5 euros el kilo cuando en otras costeras no superaba el euro.
Precisamente, representantes de los arrantzales de bajura y arrastre de litoral se reunieron este lunes a la tarde en San Sebastián con la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, para aunar posturas de cara al encuentro que tendrá lugar este jueves entre el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y todas las flotas del Cantábrico. De hecho, el Ejecutivo autónomo ha asegurado que «cualquier modificación en las cuotas que no contara con el consenso de todo el sector y de las comunidades autónomas afectadas incumplirá por completo las bases establecidas y negociadas entre las partes».
En una carta de la consejera al ministro Luis Planas se recalca la preocupación que ha surgido en Euskadi ante un posible nuevo reparto y se recuerda que la orden ministerial a la hora de distribuir esa pesquería tenía en cuenta «aspectos socioeconómicos, así como la dependencia de las diferentes flotas respecto a cada especie». Por ello, Tapia insta al Ejecutivo central a que «decline realizar cualquier modificación en las claves de reparto». La cuota marcada por Europa «es ínfima y eso influye muchísimo», recalcaron desde las cofradías vascas. «Estaríamos dispuestos a pelear por un cupo mayor, pero en el caso de que sea para todos», sentenciaron.
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La Universidad de Cantabria ha diseñado un programa mediante inteligencia artificial que permitirá determinar el reparto de cuotas que corresponderá a cada pesquero del Cantábrico y la zona Noroeste. La previsión es que la primera especie a la que se aplique el novedoso sistema sea el bonito este mismo ejercicio como experiencia piloto. «Estamos convencidos de que tenemos que hacer una gestión adecuada de los túnidos», detallaron desde el Gobierno. El caso es que aspectos como cambios en las temperaturas o los procesos de acidificación de las aguas están afectando a los bancos de pesca, como ya se comprobó con el rabil, en Índico, o el patudo, en el Atlántico; dos túnidos que han cambiado sus comportamientos. Ante ello, desde el Ejecutivo resaltan que «hay que valorar qué opciones tenemos para asignar las cuotas. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de agotar el caladero, que haya un exceso de oferta en las lonjas y una caída de los precios».
Para la próxima costera del bonito se contará en aguas del Cantábrico con una patrullera de inspección de la Armada. La intención es que la patrullera realice labores de inspección y que en ella haya no solo inspectores españoles, sino también de la Agencia Europea de Control, de Francia y de Irlanda. Todo este dispositivo estaría respaldado además por medios aéreos del Ministerio de Pesca.
La flota de bajura de Euskadi recibió con sabor agridulce las cuotas de pesca aprobadas por el Consejo de Ministros de la Unión Europea el pasado diciembre. Y es que, pese a mantenerse los cupos de anchoa y merluza del Cantábrico y aumentar un 10% el del bonito del norte, los arrantzales tendrán el próximo año la cuota de verdel más exigua de la historia.
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