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El último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) certifica que, pese a los avances en igualdad de género logrados en España en las últimas décadas, el machismo sigue aún instalado en muchos aspectos del día. El trabajo constata, entre otras cosas, que los cuidados ... y las tareas del hogar siguen descansando de forma principal sobre las españolas, que además todavía sufren importantes grados de discriminación laboral.
El análisis sociológico, basado en una encuesta realizada en noviembre pasado en todo el país, indica que las españolas, cualquier día laborable, destinan el doble de horas a cuidar a sus hijos que los hombres. Invierten en esta tarea unas 6,7 horas diarias mientras ellos se limitan a destinar a la misma obligación algo más de tres horas y media, pese a que ya son mayoría los hogares en los que trabajan ambos progenitores.
En lo que atañe a las tareas del hogar el sesgo de género es algo menor, pero no acaba de eliminarse. Un día cualquiera de trabajo ellas emplean casi tres horas en limpiar, cocinar o hacer la compra, entre otras actividades en beneficio de la familia, mientras ellos aportan dos. Pese a la mejora con respecto al pasado, sigue siendo un tercio de tiempo menos. Donde el CIS indica que se han equilibrado ambos sexos es en el cuidado de las personas dependientes, actividad a la que las españolas destinan unas seis horas y los españoles cinco.
El 72% de las españolas tienen muy claro que ellas son las más perjudicadas a la hora de intentar conciliar vida laboral y familiar, pero también lo admiten el 60% de los hombres. Las mujeres defienden que las discriminaciones laborales por razón de sexo siguen vigentes. Ellos no las niegan, pero las reconocen en porcentajes mucho más bajos.
El 68% de ellas aseguran que sufren más obstáculos para acceder a un puesto de responsabilidad o a un salario más elevado (así lo admiten el 51% de los hombres) y casi el 80% de las españolas afirma que tiene que esforzarse más que los hombres para demostrar que puede desempeñar el mismo puesto de trabajo, lo que admite el idéntico 51% de los varones. El 10% de ellas ha sido testigo de un caso de discriminación por sexo en el trabajo en el último año y el 5,4% de ellos también.
Uno de los datos más sorprendentes de la encuesta se obtiene cuando se aborda el capítulo de las políticas activas para corregir la desigualdad. El 44% de los españoles cree que se ha llegado tan lejos en las medidas para perseguir la igualdad de género que «ahora se está discriminando a los hombres». Esta opinión distorsiona con la percepción de ambos sexos sobre el grado de las desigualdades que existen en España. Mientras siete de cada diez españolas las califica de «grandes o bastante grandes» algo menos de la mitad de ellos, el 48%, 20 puntos menos, piensa lo mismo. Pese a todo, unos y otras parecen coincidir de forma mayoritaria en dos opiniones. La primera es que los comportamientos y discriminaciones machistas se han reducido en la última década y la segunda, que las españolas no lograrán la igualdad real a menos que los hombres se impliquen en la lucha por los derechos de ellas.
El capítulo dedicado a los estereotipos y machismos cotidianos se abre con dos datos que animan a no relajarse. El 14% de las mujeres y el 8% de los españoles presenciaron en el último año como un hombre acosaba a una mujer y prácticamente la mitad de los interrogados de ambos sexos fueron también testigos de comentarios sexistas en su familia o en su grupo de amistades en los últimos doce meses.
Un punto en el que la discrepancia es evidente es en el resbaladizo apartado de los piropos, que muchas mujeres viven como puras intromisiones machistas. Mientras la mitad de los españoles cree que «siempre es agradable recibir uno» seis de cada diez mujeres rechaza que eso sea cierto. Si coinciden en ver discriminación sexista en las críticas y reproches que recibe una mujer «con una vida sexual activa», que siempre son mucho más duras que si se trata de un hombre, en que la mayor parte de la pornografía es machista y en que son ellos quienes acuden muy mayoritariamente a la prostitución.
La mayoría sigue pensando que hablar abiertamente de sentimientos es más propio de mujeres, pero al menos la igualdad parece que también ya ha llegado al ligue. Siete de cada diez creen que a la hora de tratar de entablar una relación sexual la iniciativa hoy en día se reparte más o menos a partes iguales entre ambos sexos.
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